Esta columna es diferente. Es un recorte de mis pensamientos como emprendedora. Muchas cosas de las que me guardo cuando las cosas no salen tan bien. Momentos que he escrito para desahogar mi rabia, angustia, alegría, felicidad. Todo esto expresado en un papel. Gran parte de estos pensamientos tienen aprendizajes o tips que a cualquier emprendedor le podrían funcionar.
“Ser emprendedora marcó un antes y un después muy claro en mi vida. Hay cambios que se piensan y cambios que se sienten. Ser emprendedora es ser honesta, y cruda conmigo misma. Verme lo bueno y maravilloso como lo malo y muy molesto. Emprender viene con el valor de la verdad y el orgullo del esfuerzo. Viene con mantener los ojos abiertos, con disciplina y con mucha pasión, pero también, sorpresivamente, viene con mucho enojo, estrés y frustración”.
Tip 1: elige enfocar tu energía y todos tus esfuerzos en lo que tienes control. Tu éxito depende más de tu constancia que de tu talento.
“He sentido que el emprendimiento tiene mucho que ver con el exceso. El exceso de tareas, de decisiones, de responsabilidades, de autoconocimiento, de resiliencia, de frustración. Aún así, gran parte de esto solo existe en nuestra mente. Como emprendedora, no sé ponerle nombre y menos apellido a esa sensación que se siente intensa, constante y da angustia. He aprendido que hace parte de las responsabilidades que vas adquiriendo, y que viene de la mano de la decisión de querer hacer las cosas diferentes. Y que, de alguna forma, es adictiva y se vuelve parte de ti”.
Tip 2: hacer zoom out para ver la imágen completa te permite reducir el exceso y enfocarte en solo lo que es importante.
“Tener expectativas es lo peor que puedes hacer, en tu mente siempre hay algo diferente a lo de otros. Esperar que otros hagan lo que tú quieres es una tontería, porque las personas simplemente piensan diferente a ti”.
Tip 3: las expectativas solo pueden ser contigo, tu éxito y tu crecimiento solo dependen de ti.
“Admiro la tenacidad, la determinación y la genuina intención de seguir tus sueños. Amo, profundamente, lo que hago. Y, aunque ha sido retador, hoy empiezo a ver resultados de cada esfuerzo. Hoy aprendí que hay días que marcan la vida, no por lo que pasa, sino por lo que he decidido que pasará”.
Tip 4: hay una frase muy cliché e increíblemente cierta: ‘‘It’s funny how day by day nothing changes, but when you look back everything is different’’ -cree en los primeros principios, si quieres hacer cosas grandes debes iniciar con tareas pequeñas y la suma de estas tareas hacen la diferencia.
“Siento un constante deseo de escribir cuando mi cabeza y mi corazón están inquietos. Cómo si dejar las palabras en mis notas libera gran parte de la presión y la emoción que siento. Los últimos días he sentido un constante deseo de pertenecer y, aunque sé que se siente incómodo, mi entorno es como si necesitara una constante validación. Recuerdo que mi mamá siempre ha dicho, sé lo que tú quieras ser. Respeta tus decisiones, tus emociones y tus principios, más allá de las personas, de la cultura y de tu entorno. Valiente es la persona que entiende quién es y se respeta siendo consciente de lo que hay por mejorar, que no se te olvide Lau”.
Tip 5: ¡La ventaja de ser tú mismo, es que no hay competencia, la competencia eres tú misma! Es muy fácil perder de vista quién eres y qué quieres para encajar en entornos de los cuales no nos identificamos. Decir NO, en muchas ocasiones, es lo más valiente que podemos hacer, para nosotras y para nuestra empresa.
“De las cosas más maravillosas de mi vida es la gente de la que me rodeo. He aprendido que la vida se trata de momentos cortos que forman tu vida. El equipo trata de construir, de apoyar, de guiar y de ser soporte. El equipo no lo hace solo quien lidera, sino quienes escuchan, cuestionan y proponen. Se trata de unidad con individualidades”.
Tip 6: rodéate de gente que te mueva, te inspire, porque la energía se contagia, mantener cerca personas que causen eso en ti, te hace crecer, estimula tu mente, tu creatividad y sin duda te hace conocerte más.
Para terminar, hace un par de meses fui a escalar una montaña con mi equipo, una de las montañas más altas de Colombia. Iniciar tenía mucha expectativa y mucha motivación. En un punto llegó lo complicado, después de estar a 4.700 metros sobre el nivel del mar, el mareo, el cuerpo, la respiración no me daban, el esfuerzo físico y mental iban en contra. Me sentía frustrada, con rabia, desesperada, me sentía como un fracaso… un sentimiento que detesto.
Paré, descansé y di un paso, y otro, y otro… después de horas, agotamiento y estar a solas con mi mente, logramos llegar a la cumbre, aprendí que escalar una montaña y llegar a la cima, no me define como escalador. Ni, por el contrario, soy la diosa de la escalada por haber llegado a la cima, ni soy un completo fracaso por haberme demorado más que otros.
Eso lo entendí cuando le pregunté a alguien de mi equipo: ¿Qué tal estuvo? Esperé que me dijera: “Estuvo “bien” o “mal” o “difícil”. Pero su respuesta fue: “Divertido”.
Ahí fue cuando me di cuenta de que existirán algunos días que se sienten mejor que otros. No siempre estaré bien, o fuerte, o sin miedo, o segura de mí misma, apasionada, sin límites y con ganas de comerme el mundo. Muy a menudo estoy aterrorizada y dudo de mí misma. Y que, sin auto juzgarme y criticarme, ni crearme historias en mi cabeza puedo, simplemente, divertirme cada día, pase lo que pase.
Tip 7: creo que un día de escalada no me define como escaladora. Ni qué tan bien, ni qué tan mal estoy escalando. Lo que me define, realmente, es cuántas veces regreso a la montaña a seguirlo intentando.