La extensa lista de Javier incluyó contaminación auditiva por ruido y visual por los avisos publicitarios, además de la que causan los olores de las cocinas de los restaurantes y las basuras que, según él, los locales no sacan el día que pasa el camión recolector sino mucho antes.
También señaló la presencia de “vagos, expendedores de drogas, prostitutas, atracadores y vendedores ambulantes”, además de borrachos que tienen relaciones sexuales en las puertas de las casas y otros que hacen allí sus necesidades fisiológicas.
El ciudadano mencionó otros aspectos como licoreras que expenden licor sin verificar la edad de los compradores, la falta de autoridad de la policía que “no hace sino veranear” y la invasión de los frentes de las casas por vehículos que sus propietarios dejan estacionados allí.
Su intervención fue aplaudida por los demás residentes – unos cinco – que se encontraban en la reunión en medio de los comerciantes. A la pregunta de Sergio Sierra, presidente de la Corporación, sobre si otro habitante tenía algo que agregar, estos respondieron que todo estaba dicho.
La Corporación Zona Rosa citó a la reunión porque el 13 de mayo, luego de un encuentro entre representantes de los vecinos, de los comerciantes y autoridades municipales, el secretario de Gobierno, Alonso Salazar, instó a la entidad a reunirse con carácter urgente para tomar cartas en el asunto del autocontrol.
Eso fue lo que explicó Sergio Sierra al principio de la reunión del miércoles, y además agrego que el Secretario es escéptico frente a la capacidad de autorregulación de los comerciantes. Dentro de las propuestas presentadas por la Corporación está la de descongelar otras zonas de la ciudad.
En otro punto, Sierra, en tono enérgico, invitó a los comerciantes a no entrar en la guerra del parlante. “O le bajan al ruido o apague y vámonos”, llegó a manifestar en un punto de su intervención.
En la reunión, residentes y comerciantes coincidieron en que hay problemas, como el de las basuras y el comportamiento de las personas fuera de los locales, que no son responsabilidad de los establecimientos sino de la administración municipal.