Ver caer a Space encoje el corazón. Siete segundos que reavivan los dolores de una tragedia reciente y la preocupación por el futuro de esta ciudad, por la implementación de las normas y controles que regularán su construcción, así como por su próxima carta de navegación: el POT, tan cercano en tiempo pero tan lejano en apropiación por parte de la ciudadanía.
Cuántos asuntos que han sido motivo de orgullo y paradigmas del desarrollo y resurgimiento de Medellín tras la aciaga época de Escobar, la tienen por estos días apesadumbrada.
No solo los casos Space, Asensi y Continental Towers pusieron a tambalear la confianza en el tipo de viviendas que se está construyendo en Medellín y, de paso, la seguridad con la que se venían adquiriendo. El problema parece extenderse, lo de mostrar se nos está desbaratando: ahora también obras públicas como los parques bibliotecas España y León de Greiff, que con tanta vanidad se han enseñado al mundo como evidencia de la transformación de Medellín, empiezan a derrumbarse cuando no han cumplido ni diez años. Graves falencias y omisiones en su edificación tienen a sus arquitectos y constructores en la mira, si bien no de las autoridades, sí de la opinión pública. Y ni hablar del colapso del puente de guadua, supuesto modelo de inclusión construido por el Sena en Santo Domingo Savio, al lado del Parque Biblioteca España. Todos casos muy actuales, que obligan a replantear la manera como se está construyendo la ciudad, no solo en términos arquitectónicos, y a buscar un equilibrio práctico entre el desarrollo, el cuidado del medio ambiente y la sostenibilidad. Así lo demandan también polémicas vigentes como las que se dan en torno al tramo2 B de metroplús y el túnel verde, o a las consecuencias de la ley para controlar a los conductores borrachos, asuntos aparentemente distintos pero que dejan claro que aún no llegamos a un acuerdo sobre el modelo de ciudad y país que queremos, priorizando el bien común.
En este contexto el Séptimo Foro Urbano Mundial ONU-Hábitat (WUF7), que se realizará en Medellín en abril, se presenta como caído del cielo. Convencidos de su trascendencia, en Vivir en El Poblado hemos hablado de él y sus temas afines, y continuaremos haciendo un cubrimiento que trasciende el evento como tal. Con su eje “Equidad urbana en el Desarrollo – Ciudades para la vida”, el WUF7 es una oportunidad de oro para entender la ciudad y mejorar su rumbo, pues allí se analizarán y discutirán los problemas de crecimiento urbano y su impacto en las comunidades, se hablará de oferta habitacional, de sistemas de movilidad y seguridad urbana, de eliminación de barreras de segregación, de cambio climático y 160 países compartirán experiencias de desarrollo sostenible.
Lo más importante es que no es un evento cerrado, sino que estará abierto a la comunidad con inscripciones gratuitas. Todo está servido para que Medellín aproveche esta oportunidad que le permitirá crecer con sus habitantes, en muchos aspectos.