Los pírricos resultados de las votaciones para elegir delegados y priorizar recursos del PP (Presupuesto Participativo), los enredos que emergen ante el inicio de nuevas obras viales en El Poblado y la protesta de los ciclistas por la inseguridad en la vía las Palmas, son algunos de los temas que por estos días hacen parte del menú informativo en la comuna 14. Aunque distintos, todos ellos tienen elementos comunes. Las características negativas de los tres, o sus elementos de conflicto, parecen repetirse en el tiempo, lo que hace suponer que no son asuntos coyunturales o casuales. Por eso ameritan analizarse y corregirse, tanto por parte de la ciudadanía como de las autoridades civiles y de Policía. Para eso sirven las experiencias, como proveedoras de conocimientos que posibiliten avances y mejoras, a fin de no perpetuar los mismos errores y escenarios. Solo así tiene sentido el tiempo transcurrido.
En cuanto al primero de los hechos citados, la verdad es que es desesperanzador el resultado de la jornada electoral del domingo 6 de octubre. Se veía venir, como lo preveíamos en el editorial de la edición anterior, pues a la apatía que en general ha caracterizado a la comuna 14 en votaciones para asuntos internos (como las elecciones de JAC, de JAL, de Junta de Representantes de Propietarios y Poseedores, y otras similares) se sumó la deficiente estrategia de comunicaciones y de logística de la Alcaldía para este proceso. Contribuyó a limitar la ya escasa participación de votantes, el ligar a la jornada la realización de un censo electoral. No fue solo El Poblado el que disminuyó su participación en esta ocasión, sino toda la ciudad. Hay denuncias sobre mala organización, equivocaciones en los tarjetones, omisiones de nombres de candidatos y otras irregularidades que hoy investigan la Misión de Observación Electoral (MOE), la Registraduría y la Personería.
El segundo hecho al que nos referimos es el inicio de otras dos obras por Valorización en El Poblado: el Lateral Norte de la Quebrada Zúñiga, y la prolongación de la loma de Los Parra, entre las carreras 43 C y 43 D. En estos se vislumbran los mismos tire y afloje entre la comunidad y la administración municipal que han caracterizado la realización –o no realización– de obras públicas en El Poblado. Los unos se quejan de improvisación, de talas indiscriminadas, de poca socialización y nula concertación, y los segundos aducen que se está retrasando el desarrollo vial de la ciudad. Mientras tanto, pasan los años, cambian las administraciones y poco o nada se avanza. Los problemas, por supuesto, sí se agigantan.
Por último, está el caso de la protesta por la inseguridad para los ciclistas en la vía Las Palmas. No es una situación nueva, simplemente se reactiva cuando se baja la guardia. De fondo, claro, está la impunidad rampante, esa que motiva a los delincuentes a continuar en lo suyo, sabiendo que si acaso los cogen, pronto quedarán libres.