La economía de los mercados emergentes sufrirá una caída de 4,7 % en promedio, de acuerdo con el último informe de la agencia de calificación S&P Global, como resultado del coronavirus, lo que dejará cicatrices permanentes en la economía mundial.
En Asia, el producto interno bruto de la India podría experimentar una contracción hasta de 5 %, según la firma. Mientras tanto, América Latina será objeto del peor recorte, previéndose que el PIB experimente un descenso de 7,4 %, lo que incluye 7 % de la mayor economía de la región: Brasil.
Se señala que aproximadamente 70 % de las calificaciones de crédito de la región se ha visto afectada por el virus, ante lo cual se vislumbra, para el próximo año, una muy lenta y débil recuperación.
Las estimaciones correspondientes a China detallan que el gran país asiático, contrario a lo que se esperaba al inicio de la crisis por la pandemia, podría llegar a crecer hasta 1,2 % este año, mientras que para 2021 la economía se robustecería con un crecimiento estimado de 7 %. Este indicador viene respaldado por la reactivación de la industria manufacturera, el restablecimiento de las operaciones de comercio internacional y una alta demanda de productos electrónicos y la recuperación de las empresas de servicios.
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Lo que está claro es que la crisis económica mundial, originada por la paralización de la mayor parte del sistema productivo y comercial del mundo, debido al confinamiento obligado por COVID-19 dejará secuelas muy grandes en las finanzas de los países. Es por ello que el informe de S&P Global destaca que todos los países, sin importar su nivel de afectación por causa de la pandemia, quedarán con cicatrices permanentes en sus economías, muy especialmente las llamadas “emergentes”.
A medida que sigue empeorando la pandemia en las economías emergentes, la contracción se hace aún mayor y las heridas son más profundas. Aunque durante el pasado mes de abril la calificadora estimó en 1,8 % el impacto que sobre el comercio exterior ha tenido la pandemia, este ha sido aún mucho mayor que lo previsto.
Desde que se inició esta especie de claustro mundial, periodo durante el cual se paralizó la actividad productiva en la gran mayoría de los países del globo terráqueo, muchas han sido las proyecciones acerca de las consecuencias que, para el desempeño económico, tendrá esta etapa de emergencia sanitaria, de la cual ningún país saldrá ileso.
Las afectaciones, en muchos casos, superan a los pronósticos. La evaluación y el control de daños no podrán hacerse sino hasta que culmine, totalmente, el periodo de confinamiento, se abran las fronteras y se retome la actividad productiva y comercial. Solo así sabremos, con exactitud, de qué tamaño son las grietas y las cicatrices que dejará el COVID-19 en las finanzas mundiales.
Por: Danilo Díazgranados