Una campaña: Vivir bien
Periodismo útil para vivir bien ha sido el principal objetivo de Vivir en El Poblado a lo largo de sus 23 años
No hay día en que los que nos movilizamos, vivimos, trabajamos o simplemente pasamos por El Poblado no nos quejemos al menos de un abuso cometido en el espacio público. Aunque los seres humanos tendemos siempre a ver la paja en el ojo ajeno, no solo somos testigos sino, más de una vez, protagonistas de atropellos, bien sea como peatones o como conductores.
Pero las categorías de los irrespetuosos del espacio público se extiende más allá: solemos cometer abusos en calidad de pequeños, grandes empresarios; de comerciantes, al por mayor o al por menor; de constructores, de obreros de la construcción, de publicistas, de funcionarios o contratistas del Estado, o de simples ciudadanos.
Las maneras de hacerlo son diversas, casi que infinitas: como conductores, de muchas maneras, entre ellas estacionándonos en lugares prohibidos. Esta es una de las modalidades más comunes y más dañinas, pues al hacerlo inhabilitamos un carril de una costosa vía pública que ha sido construida con el dinero de los contribuyentes, supuestamente para mejorar la movilidad. Ni decir del daño que se le hace a esta con esa mala costumbre de parquear en una vía concurrida, tipo la calle 10, para poner solo un ejemplo, para bajarnos “un segundo” a comprar cualquier cosa en cualquiera de las decenas de locales que hay a lado y lado, o para esperar a alguien. Y qué tal los taxistas que se estacionan o andan tan despacio que parecen quietos, mientras esperan que aparezca un usuario. Como peatones, contribuimos al caos vial y a incrementar los riesgos de accidentalidad al hacer caso omiso de cebras y semáforos peatonales. Como constructores u obreros nos apropiamos del espacio público bien sea con publicidad invasiva, con materiales y escombros, con el cargue y descargue inadecuado de materiales y con una práctica cada vez más extendida y deplorable como es el talar árboles de las aceras para aumentar la visibilidad de un proyecto. Como funcionarios, faltamos al dar el visto bueno a esos abusos o haciéndonos los de la vista gorda; planificando mal y dejando al garete las obras y vías que se inauguran con tanta pompa; como empleados de empresas de servicios públicos, instalando elementos de redes que se convierten en obstáculos en vías y aceras. En fin, los casos son innumerables.
Gracias al lente fotográfico de Vivir en El Poblado, atento siempre a este tipo de situaciones y a otras más amables, iniciamos en esta edición una nueva campaña: Vivir bien, mediante la cual evidenciaremos aquello que podemos corregir para tener un Poblado y una Medellín mejores, y resaltaremos también esas imágenes que nos hacen agradable la cotidianidad. La idea es ayudar a tomar conciencia de que se puede vivir mejor, tener una sociedad más amable mediante decisiones en apariencia intrascendentes, pero que tienen la capacidad de afectarnos a todos como comunidad.
Periodismo útil para vivir bien ha sido el principal objetivo de Vivir en El Poblado a lo largo de más de dos décadas de existencia y dentro de ese postulado se enmarca esta campaña que hoy arranca: Vivir bien. De eso se trata.