Infancia interrumpida cuando en vez de estar buscando la pelota, un niño o niña de Medellín está buscando el chaleco para ir a vender minutos. Se interrumpe la niñez de un niño que en vez de empacar la mochila para ir a estudiar, empaca los dulces que debe vender en el semáforo.
Se interrumpe la niñez de un niño que despliega sus capacidades artísticas haciendo malabares para que los transeúntes le den monedas en vez de desplegarlas en clases de teatro. Se interrumpe la niñez cuando en vez de pedir que jueguen con ellos, los niños y las niñas salen a pedir dinero.
Esta es la realidad del trabajo infantil y de la mendicidad, esta es la realidad de 2.2 por cada 100 niños de Medellín, según información reportada en el tercer informe de rendición de cuentas en 2018, donde como trabajo infantil se comprende toda actividad física o mental, remunerada o no, que es realizada por personas menores de 18 años.
Se hace necesario trabajar para llevar ese índice a 0. La paz para la protección integral, diversa e incluyente debe incluir las condiciones básicas para que niños, niñas y adolescentes no tengan que trabajar.
Familias con necesidades
En voces recogidas por el diagnóstico situacional de niños, niñas y adolescente, documento anexo al plan de desarrollo de Medellín, en relación con el trabajo infantil se resalta la necesidad de que sus familias cuenten con empleos dignos, que les permita estudiar y no tener que trabajar.
Anota una de las voces citadas en el diagnóstico: “Otra incomodidad que tengo es el trabajo infantil. Yo soy vendedor ambulante, las casas no tienen recurso por eso hay que trabajar, no deberíamos de trabajar sino estar estudiando, por eso pedimos que les brinden trabajos a nuestros padres, madres y familias”.
La migración se constituye como otra problemática que engrosa las cifras de trabajo infantil. En 2019 el programa Crecer con dignidad, de la Secretaría de Inclusión Social, Familia y Derechos Humanos, reportó que las situaciones de mendicidad o trabajo infantil de la población migrante se presentan principalmente en los barrios Castilla, La Candelaria, Laureles, La América, El Poblado y Guayabal.
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Ante esta situación, la Secretaría durante 2019 implementó estrategias como los equipos especializados en la atención a la población venezolana desde la Unidad de Niñez. Consisten en siete equipos en territorio encargados de identificar, caracterizar, activar las rutas de acceso a los derechos, hacer georreferenciación y lecturas de contexto.
Este artículo es un llamado, para que en el marco del mes en contra del trabajo infantil tomemos conciencia y nos sumemos a la red de brazos que se unen para garantizarle a la niñez un pleno y armonioso desarrollo. Es un llamado para conformar una Red de Protección por toda la ciudad, que nos convierta en vigías y en amigos.
Muchos brazos unidos sosteniendo paraguas de colores para garantizar a niños y niñas un sendero seguro y acogedor donde quiera que vayan.
Estas son maravillosas voces de niños, niñas y adolescentes consejeros de la ciudad: “Que lo único que trabaje en los niños sea su imaginación”, dice un consejero de la comuna 11; “mucha magia y mucha suerte tienen los niños que consiguen ser niños”, afirma un consejero de la comuna 2.
Por: Paula Aguirre Duque – Red de protección El Poblado