María Mercedes González, directora del Mamm.
A simple vista, la dulzura y serenidad que proyecta la joven directora del Museo de Arte Moderno de Medellín (Mamm), María Mercedes González, parecen incompatibles con el tamaño de la responsabilidad que tiene desde el 1 de octubre de 2012, cuando reemplazó en el cargo a Juliana Restrepo. Sin embargo, estas características son indispensables para mantener el equilibrio en retos complejos, como este de sacar adelante una entidad cultural en Medellín, cuyo mayor porcentaje de ingresos proviene de recursos propios –entradas, alquiler del local de Bonuar, ventas en la Tienda y alquiler del espacio para eventos privados–. (En segundo lugar en los ingresos están los patrocinios, en tercer lugar las donaciones y en cuarto y quinto lugar los aportes de la Alcaldía y Mincultura).
Pero las tensiones inherentes a la labor de conseguir recursos se minimizan ante lo fundamental:
“Cuando las personas se enteran dónde trabajo me reciben con otra cara: ‘¡El Mamm, en Ciudad del Río, nosotros vamos al museo, a sus actividades, es divino!’, de manera que es muy gratificante encontrar una institución que tiene una imagen muy buena dentro de los ciudadanos, una imagen con mucho contenido, no simple superficie”, expresa con orgullo la joven bumanguesa.
Mamm | Centro empresarial próximo a inaugurarse |
Vecino mayor
Para María Mercedes es fascinante dirigir un museo que es protagonista de una zona de renovación urbana como Ciudad del Río y el Plan Parcial que le dio vida. El Mamm, que este año celebra 35 años de vida, llegó a Ciudad del Río en noviembre de 2009 proveniente de Carlos E. Restrepo, e inició un proceso de reinvención. Alrededor de esta especie de vecino mayor se han ido desarrollando unidades residenciales con cerca de mil apartamentos, clínicas, centros empresariales, un hotel y un parque lineal que cada vez es más concurrido por ciudadanos y turistas. La zona continúa en expansión; en abril se abrirá allí un nuevo centro de servicios de Comfama, en un edificio de 15 pisos donde también estará Comedal; más adelante se construirán nuevas torres de apartamentos y centros comerciales, y se espera que un lapso de cinco años estén asentadas en el lugar instituciones como la Orquesta Filarmónica, el Ballet Folclórico de Antioquia y Cantoalegre.
La labor de la directora del Mamm va mucho más allá de proyectar exposiciones que le den altura nacional e internacional; tiene que ver con planear y adelantar actividades educativas y culturales que formen nuevos públicos -además de la comunidad de artistas- e involucren a población de todas las capas sociales, sobre todo a las de menos recursos económicos. Contrario a lo que muchos pensaban cuando lo iban a trasladar para El Poblado, el Mamm no se convirtió en elitista sino que se abrió a otros sectores de la comunidad que antes no lo conocían. A grupos de colegios y corporaciones situadas en estratos bajos, por ejemplo, se les subsidia tanto el transporte a Ciudad del Río como el ingreso al museo, a los diferentes talleres de formación y el refrigerio.
Los vendedores informales hoy hacen parte del paisaje de Ciudad del Río
Retos cercanos
Uno de los principales retos que tiene el Mamm es la construcción de su segunda etapa a partir de mayo de este año (2013). Su ejecución durará dos años y tendrá un costo de 24 mil millones de pesos. El 50% lo aportaron el Municipio y la Fundación Sofía Pérez de Soto. Esta obra de expansión, con seis mil metros cuadrados, incluirá varias salas de exposición, salas múltiples, auditorio y restaurante.
Para este año la agenda del Mamm estará dedicada al arte nacional y local. El 20 de marzo con Taller 4 Rojo, “una gran oportunidad para el mismo museo y para las zonas de la ciudad”. En junio el turno es para la Exposición de la Colección Patrimonial del Museo; y en noviembre para el Salón Nacional de Artistas.
Escenas cotidianas en El Parque Lineal Ciudad del Río
Tarea ardua
Pero quizás uno de los mayores retos del Mamm, y que poco tiene que ver con la consecución de recursos para el arte, es la administración del Parque Lineal Ciudad del Río. Le fue delegada en 2011 por la Alcaldía de Medellín. Desde entonces, día tras día el Mamm debe encargarse del aseo de esta extensa área al aire libre, de su vigilancia, organización, poda y mantenimiento de jardines y zonas verdes, en síntesis, una tarea que algunos consideran “un verdadero chicharrón”, debido a la cantidad de personas que frecuentan el parque y al uso que muchos le dan. No falta quien haya denominado a la zona “Ciudad del ruido”, en clara referencia a los conciertos que se hacen allí, o al sonido que se propaga desde algunos actos culturales y eventos privados que se hacen dentro del Museo.
Otra de las quejas más frecuentes de los vecinos es el consumo extendido de marihuana en el parque. Recientemente varias personas también han expresado preocupación porque algunos perros de raza Pitbull están siendo entrenados allí para pelear, lo cual es un peligro no solo para las decenas de mascotas inofensivas que corren por el el área sino para sus amos. A la par con ellos, el sector los disfrutan familias, parejas de enamorados, barras de amigos y amigas en plan de picnic y grupos de estudio, entre otros.
Y para administrar todo eso se necesita plata, mucha plata.
Invitación a la solidaridad
Conseguir recursos, donantes y patrocinadores es una de las principales tareas de la dirección de una institución cultural como el Mamm. Hoy preocupa que mientras en 2010 el 45 por ciento de ingresos del Museo provenía de donaciones, en 2012 estas cayeron al 22 por ciento. También, a raíz del cambio de administración municipal en enero de 2012, se redujeron en forma significativa los aportes del Municipio de Medellín, situación que se espera se normalice este año.
Las mayores esperanzas de María Mercedes González hoy están puestas en la solidaridad de los ciudadanos, para que se integren al club de amigos del Mamm. A la fecha suman 152, en distintas categorías, de acuerdo con sus aportes. “Hay un gran potencial en estos individuos, gente amante del arte y la cultura a la que se le puede tocar la puerta y con una donación individual puede contribuir a hacer posible las actividades educativas que son de carácter gratuito”, dice la directora. “Hay también beneficios al ser amigos de un museo, pero sobre todo es el interés y ese espíritu altruista de la persona en querer que la gente viva y disfrute esta experiencia cultural y educativa”, insiste.