¿Es el consumidor descuidado y poco interesado en su seguridad, o algo más puede explicar que esta no sea un factor prioritario en el momento de compra como precio, modelo o diseño?
Comprar el primer carro, o cambiar el actual por uno mejor, es el anhelo de un gran número de colombianos, que ven en este bien un símbolo de estatus, de avance en su calidad de vida o una oportunidad para mejores ingresos.
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Son muchos los factores que el ansioso dueño y su familia evalúan antes de montarse en un cero kilómetros o un usado: precio, año, modelo, marca, color, diseño. ¿Y la seguridad? Si bien es un elemento que se tiene en cuenta, no parece ser uno de los más importantes.
Así lo sentencian los resultados de una encuesta del Centro Nacional de Consultoría dada a conocer por el proyecto Carrosmasseguros.org, en el que solo un 16 % de los consultados, y que están interesados en comprar carro, tienen la seguridad como uno de sus criterios de evaluación y, además, en un lejano noveno puesto entre los puntos que estos potenciales compradores estudian para tomar la decisión.
Una cifra preocupante si se tiene en cuenta que datos preliminares del Instituto de Medicina Legal, también citados por la organización, dan cuenta de 7 mil muertes en 2019 relacionadas con incidentes viales.
¿Es el consumidor colombiano descuidado y poco interesado en su seguridad, o algo más puede explicar que esta no sea un factor prioritario en el momento de compra?
Quizá, una explicación está en el atraso que tiene Colombia en la adopción de estándares internacionales que exijan un óptimo nivel de seguridad, y por lo tanto, este factor ni siquiera es un elemento diferenciador entre las firmas comercializadoras.
Avances pequeños
Algo ha cambiado, pero falta un largo trecho. Solo hasta 2017-y luego de varios aplazamientos- comenzó a regir una norma que hace obligatoria una dotación mínima de por lo menos dos bolsas de aire (airbags) en el vehículo- para el conductor y el acompañante- y frenos con sistema de antibloqueo (ABS).
También se dio un paso en el sentido correcto a finales del año anterior con la entrada en vigencia de la resolución 536 que determina la obligación para todos los fabricantes, ensambladores, importadores y comercializadores de suministrar información a los potenciales compradores de los elementos de seguridad que tienen los carros que ofrecen en el mercado. Esta información debe estar disponible y pública en los diversos canales de comunicación de las empresas y vendedores.
Sin embargo, como lo recalcan voceros de Carrosmasseguros.org, lo que la norma hace es adoptar apenas uno de los ocho estándares básicos que recomienda la Organización de las Naciones Unidas para rodar en vehículos realmente seguros.
Según Darío Hidalgo, director de esta organización, un alto porcentaje de los vehículos que hoy ruedan en las vías colombianas no se pueden considerar seguros y muchos solo cumplen con la norma mínima obligatoria reciente. Explica que, al cruzar la información de los resultados de las pruebas de impacto y protección a ocupantes que realiza en Latinoamérica la entidad independiente LatinNcap, con las cifras de ventas de vehículos en Colombia basadas en la información de Fenalco y la Andi, se encuentra que solo tres de los diez modelos más vendidos en 2019 tienen un estándar alto en protección, es decir cuatro o cinco estrellas en la protección de sus ocupantes adultos y niños.
Se necesita un cambio de chip
La industria no es ajena a la preocupación. Oliverio García, presidente de la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible, Andemos, reconoce la importancia de las medidas de adopción de los elementos mínimos, pero también es consciente que se debe seguir avanzando a niveles más altos. “Es importante adoptar los reglamentos técnicos internacionales como el WP.29 de Europa y los de NHTSA (National Highway Traffic Safety Administration) de Estados Unidos. Así mismo se requiere reglamentar el ABS obligatorio en las motos”.
La tarea que tienen por delante gobierno, fabricantes, importadores, comercializadores y también la misma ciudadanía (que debe cambiar el chip y comenzar a poner la seguridad como un elemento fundamental en su decisión de compra), es velar porque en las vías colombianas los carros que nos transportan a diario garanticen el máximo nivel de seguridad y tranquilidad para todos los actores de la vía.
“Teniendo en cuenta que el 43 % de las personas en las cinco principales ciudades del país piensan cambiar su carro en los próximos cinco años (de acuerdo con la encuesta del Centro Nacional de Consultoría de 2019), es urgente que Colombia apruebe y ponga en marcha el marco regulatorio WP. 29 de Naciones Unidas como parte de su legislación nacional para garantizar vehículos más seguros en las calles y así salvar vidas dentro y fuera de los carros”, cierra Hidalgo.
Por: José Alejandro Pérez Monsalve / [email protected]