Hola, te escribo desde San Pacho, en el Golfo de Urabá. Hoy estuve escalando el Bosque de los Gigantes; desde la cima aún se pueden ver faldas de bosques nativos de la Serranía del Darién.
Aquí llevo seis meses recolectando material para mi tesis sobre alternativas a la agroindustria. Este mes me he centrado en las apuestas piloto de lecheras como Colanta de vender la leche embotellada en vidrio. Un lugar remoto como San Pacho podría beneficiarse eliminando el plástico de un solo uso.
El debate se sigue centrando entre los envases, pero mi punto es más acerca de ¿por qué somos los únicos mamíferos que seguimos tomando leche de otro mamífero? Debemos transformar por completo nuestro consumo.
Aunque vidrio, aluminio y plástico se producen de minerales y combustibles fósiles, y requieren una gran cantidad de energía para su fabricación y transporte, hoy el vidrio es la mejor opción ambiental porque se puede reutilizar infinitamente.
Me pregunto ¿por qué no apostarle a la producción de leches alternativas y desarrollar nuevas actividades educativas de ecoturismo para los visitantes de la zona? ¿Te imaginas senderismos en busca de gigantes algarrabos y palmeras coqueras, reservas naturales donde alojarse, reforestar y aprender nuevas prácticas locales?
Mi proyecto favorito en San Pacho es Al Vaivén de las Hamacas. Un ecohotel hecho a mano al flujo de la naturaleza. Aquí cocinan con lo que producen, los desechos regresan a la tierra y la energía es solar.