Hoy es el día para abrir los ojos
Estas personas se han quedado en la búsqueda y la búsqueda no es la respuesta
Por: Carolina Zuleta Maya
En el libro Comer, Rezar y Amar, Elizabeth Gilbert escribe que hay unas personas que desde que nacen tienen los ojos abiertos, es decir que nacen iluminadas, por ejemplo los profetas y grandes líderes espirituales. Estas personas saben cómo vivir la vida de la mejor manera, en amor y en paz. Hay otras personas que nacen con los ojos cerrados, viven la vida tal y como es y a pesar de que pueden tener muchas dificultades no se detienen a preguntarse cómo pueden solucionarlas, están tan ocupados viviendo el día a día que no tienen espacio para la auto-reflexión. Y, finalmente, están las personas que nacen con los ojos entreabiertos. Estas personas quieren aprender a vivir mejor, a encontrar más paz, a ser más felices, pero continúan tropezándose con conflictos internos y externos y con barreras del diario vivir. Si eres una persona que lee la columna de Vida Plena, compras libros de autoayuda, o en general estás buscando consejos, respuestas a cómo mejorar la vida, me atrevería a decir que eres una de esas personas que nació con los ojos entreabiertos y te preguntas ¿Cómo abrirlos?
Conozco personas que llevan una vida entera buscando la respuesta a esta pregunta, se han leído todos los libros de auto-ayuda, han visitado psicólogos, psiquiatras, astrólogos y algunos se han ido al otro lado del mundo para encontrar esa respuesta, pero al regresar se encuentran con los mismos problemas de siempre. ¿Por qué? Se han quedado en la búsqueda y la búsqueda no es la respuesta. Los cambios en nuestras vidas no son mágicos, requieren esfuerzo, trabajo, persistencia y práctica. ¿Pero cómo? ¿Cómo aplico lo que leo? Toma un concepto y practícalo hoy, en la próxima oportunidad que aparezca.
Cheryl Richardson, una reconocida autora de libros de desarrollo personal en Estados Unidos, cuenta que un día iba manejando con su esposo a Estudios Universales, en La Florida, que se habían perdido, iban muy tarde y tenían muy poca gasolina. Ella estaba brava con su esposo porque no la escuchaba, y él estaba bravo con ella porque había seguido uno de sus consejos y eso había hecho que se perdieran aún más. Ella cuenta que la tensión en el carro estaba muy fuerte y que en su cabeza estaba dándole vueltas a la pelea y poniéndose cada vez más brava. En un instante recordó una conversación que había tenido sobre elegir pensamientos positivos. Así que decidió coger la mano de su esposo e imaginarse que le estaba enviando amor. No dijo nada, solo empezó a imaginarse que le enviaba amor desde su corazón. Unos minutos después ella sintió como su propia rabia se desvanecía y también la tensión de su esposo. Media hora después estaban en el parque divirtiéndose y disfrutando. Esta historia puede parece trivial pero ilustra perfectamente como las oportunidades para abrir los ojos no están necesariamente en los problemas grandes y complejos, sino en los pequeños momentos que están pasando en cada instante. Lee, inspírate y aprende y recuerda que es hoy el día para abrir los ojos.
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