Quienes tienen un perro o un gato en casa y saldrán de viaje en estas vacaciones de Navidad y año nuevo, deben pensar en qué harán con sus mascotas: llevarlas consigo o dejarlas ya sea en casa o al cuidado de alguien.
Sara Isabel Sierra, médica veterinaria del CES, explica que el manejo es distinto según si es un perro o un gato, pues cada especie se comporta diferente según la situación.
Los perros
Estas mascotas no están acostumbradas a que los dejen solas por tiempos prolongados, por lo cual lo recomendable es que no se queden en casa por periodos mayores a ocho horas.
“Ellos requieren de una compañía permanente. Según como hayan sido educados desde pequeños, tienen unos horarios establecidos para comer y para hacer sus necesidades. Cuando se sienten solos comienzan a sentir ansiedad, y esto desencadena en algunas enfermedades“, señala Sierra.
Las comidas hay que servírselas dos a tres veces en el día, y no es recomendable dejarles un bulto para que coman cuando quieran, porque la ansiedad los lleva a comérselo todo en un mismo instante y pueden sufrir de problemas digestivos como torsiones gástricas. Además, para sus necesidades ellos prefieren hacerlas en espacios abiertos, y prefieren aguantarse las ganas que hacerlo dentro de la casa, generando otras enfermedades renales graves.
En ese caso, si no los puede llevar consigo, pídale a alguien que se los cuide, que esté visitándolos constantemente, o llévelos a un hotel o una guardería especializada.
Si tiene manera de viajar con los perros, existen formas de hacerlo con guacales o cinturones de seguridad adaptados para los carros. Puede consultar con el veterinario para suministrarles un medicamento que los haga dormir en carretera o para que estén más tranquilos.
Es recomendable que viajen en ayuno, sugiere la médica Sierra, y cargue en el vehículo un kit de primeros auxilios, comida y agua.
Los gatos
En este caso el manejo en casa es un poco más fácil que con los perros, dice la especialista, ya que los gatos son más relajados y no les gusta que los muevan de donde están acostumbrados a estar. Además, si han sido educados para estar solos por tiempos prolongados, ellos pueden satisfacer sus necesidades de acuerdo a lo que les hayan enseñado. “Son neofóbicos, les dan susto las situaciones nuevas”, expresa.
En todo caso, si el gato ha sido enseñado a estar acompañado todo el tiempo, es probable que al dejarlo solo se estrese y no coma, generando enfermedades como la lipidosis hepática, con la cual dejan de comer y tienden a acumular grasas en exceso y provocando un daño hepático con consecuencias fatales. También les puede dar una obstrucción del sistema urinario al no poder orinar, con lesiones renales agudas.
“Ellos están acostumbrados a estar solos pero por periodos no mayores a una noche. En todo caso, es mejor optar por un servicio de cuidados en casa”, recomienda Sierra.
Si los va a llevar con usted en el camino, revise si ellos están acostumbrados a montar en carro o en avión, porque eso les puede generar un estrés que los hace orinar, defecar o ponerse inquietos. En esos casos, llévelos en un guacal que conozcan, que les ofrezca un ambiente tranquilo, con sus cobijas y almohadas.
De cualquier forma, los gatos no deberían ir en un viaje mayor a seis o siete horas.