Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas establecen unas metas claras a alcanzar antes del año 2030. Si bien suponen una continuación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), hay que destacar que presentan una importante novedad. Para poder cumplir esas metas, además de los gobiernos y las organizaciones de la sociedad civil, involucraron a la empresa privada.
El propósito es claro: erradicar el hambre en el mundo, a la vez que se construyan sociedades sostenibles. Este compromiso involucra a cualquier empresa que pueda realizar un impacto positivo en la sociedad. Para esto es necesario alinear la compañía con los objetivos planteados.
A la hora de establecer una estrategia para implementar los ODS, en la empresa se debe analizar qué se está haciendo en la actualidad. A partir de allí, es necesario establecer objetivos y retos, así como definir una serie de indicadores para llevar el seguimiento de forma cuantitativa, cualitativa y objetiva de los distintos Objetivos de Desarrollo Sostenible.
La Responsabilidad Social Empresarial es un buen punto de inicio para una empresa que quiera incorporar los ODS en su funcionamiento. A partir de la estrategia de RSE es posible diseñar las acciones más afines para cumplirlos, minimizando gastos y esfuerzos de la empresa.
¿Cómo contribuir? Depende de cada empresa, pero hay lineamientos comunes como la protección ambiental y el mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades, a través del voluntariado de los colaboradores y la formación de alianzas con asociaciones civiles e instituciones universitarias.
La implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en la estructura empresarial tiene una serie de beneficios que repercuten directamente en el modelo de negocios a corto, medio y largo plazo.
Una de las ventajas que puede ganar una empresa al plantearse contribuir con el logro de los ODS, es que esa intención puede traducirse también en la captación de nuevos clientes, cada vez más comprometidos que buscan empresas responsables.
Así que el futuro sostenible que se busca está definido en gran medida por la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Aquellas empresas con una comprensión profunda respecto a su papel en el cumplimiento de estas metas ya han comenzado a orientar su estrategia para contribuir a su cumplimiento, y muchas otras ya realizan esfuerzos.
Por David Somoza Mosquera