Pienso en lo sucedido con el joven de 20 años, Julián Andrés, que por un error que muchos pudimos ver en el video de la situación, perdió su vida, la perdió quizá en algo en que él creía, sin embargo cuestionamos o no comprendemos sus razones. Un joven líder de su comunidad, una voz para algunos jóvenes desde la mirada del deporte.
Pienso en la dinámica y las circunstancias del paro en este momento, en la pregunta de si era necesario, en las preguntas, cuestionamientos y razonamientos que muchas personas puedan sacar de este suceso.
Pienso en que su nombre no debió publicarse, también pienso que no debemos ocultar que hacía parte del JM19 y que en el momento en que estamos, las papasbomba, los encapuchados no son el panorama visible del paro que nació el 21 de noviembre, pienso que Medellín sigue en ese discurso de que nos hemos portado bien, que no ha habido situaciones complejas ¿sí debería ser así? ¿No debería haber un estado de orden diferente? No sé, tampoco tengo respuesta, incluso mi trabajo como voluntario en este paro ha sido más de mediador y articulador que de otra cosa.
Pienso que el argumento no debe estar en justificar su muerte, en lanzar comentarios negativos hacia sus actos y sé que este es el primer llamado de los encapuchados, en el JM19 y otros movimientos que promoverán otra mirada al paro.
Pienso y no dejo de pensar en que Medellín está respondiendo de una forma muy interesante, que la fiesta en el Parque de El Poblado como excusa ante el paro es una contradicción para mí, porque si bien genera un cambio, no hay una profundidad en el objetivo, es una mirada superficial del paro, pienso en el desconcierto nacional, en que haber participado de esto me ha hecho sentir que sí se puede.
Pienso en la marcha del D4 y en si habrá otros jóvenes como Julián.
Pienso en que no debemos parar, en que a quienes nos digan “miren como tienen afectada la economía”, les respondamos con Reficar, Odebrecht y 200 años de corrupción, que si bien hay pérdidas, la ganancia está en la calle, en el despertar y en el cambio que viene.
Pienso que en estos días, debemos hablar más de fracking, minería, salario mínimo digno y pensiones, pero que el discurso de las pensiones debería estar enfocado en las de las fuerzas militares, que considero que allí está el hueco fiscal a mirar a detalle.
Finalmente pienso que Julián Andrés es un universo entero que no tuvimos la oportunidad de conocer, así como Dilan, así como los policías muertos.
“La sangre es licor precioso y derramarla es último argumento”, decía Fernando González.
Por Daniel Suárez Montoya