De Andrés Uribe, dicen, que tiene el talento para ser un gran director de orquesta. Él prefiere vivir la música y el presente.
En la mesa, una prensa francesa, una taza de café y varias partituras. Andrés Uribe lleva todo un semestre preparando su recital de grado. Será el domingo 24 de noviembre a las 11:00 a.m. en el auditorio Fundadores de Eafit. Se gradúa como director de orquesta y hay quienes aseguran que tiene el talento para ser uno de los más importantes en Colombia. Es modesto, y ante tal aseveración simplemente sonríe y dice que su deseo es seguir dirigiendo música. Y que el camino lo lleve a donde tenga que llevarlo.
Empezó a tocar piano a los siete años. Su casa es de melómanos, creció oyendo la música de su papá, Ricardo. Pero el piano lo aburrió. Y cuando lo quiso retomar, a los 14, “ya estaba muy viejo para aspirar a ser concertista”. Hoy, a sus 23, ama la dirección. Le gusta dirigir para la gente. Y también entiende que estar parado al frente de una orquesta no es solo eso. “También hay un componente de gestión cultural muy importante”. Agradece que la vida le puso a Alejandro Posada como su maestro. “Lo admiro mucho”, dice. Y lo tiene de ejemplo.
Quiere seguir estudiando. Aprendiendo. Mejorando. En sus planes está hacer su maestría en Suiza o en Austria. Y sabe que ese no es el final:“un músico nunca deja de formarse”. Le asusta pensar en el futuro (“todos los días”), pero tiene claro su camino. “En Medellín hay mucho por hacer. Me interesa, sobre todo, la pedagogía musical”. Y habla de formar músicos pues “tenemos que hacer gestión cultural, crear desde las bases”. También cree que es necesario enseñarle al público a apreciar la música clásica. Para su recital de grado escogió obras divertidas, que cuentan historias, “que son fáciles de escuchar”.
De la dirección le gusta la posibilidad que le da de investigar, de analizar, de estudiar, de enseñar, de contar historias. Su futuro, más que dirigir a una gran orquesta, lo ve dirigiendo buena música. Y lo mueve la gestión, lo que hay detrás de la música: “el director es la cabeza de la orquesta y por eso tiene una responsabilidad grande. Él convoca, reúne y moviliza”, concluye.
Por: Juan Pablo Tettay De Fex / [email protected]