Esta abogada es sobreviviente de cáncer de seno. Su meta: que la enfermedad no defina la vida de las mujeres.
“Gloria, tienes cáncer”. Tres palabras. “Las peores de mi vida”, recuerda Gloria Uribe. “Lloré y lloré”, dice. Pero eso fue una licencia, porque después volteó las cosas y las empezó a mirar desde lo positivo.
Van seis años desde que fue diagnosticada con cáncer de seno. Hoy vuelve a ese tiempo y recuerda con cariño. “Todo lo hice fiesta”: las quimios, la cirugía, la radioterapia… Dos cosas fueron claves: su fe y su actitud. “Disfrutaba estar tusa y mi esposo y mis hijos hacían que todo fuera un chiste”.
No se trata de minimizar las cosas, pero sí de hacer un giro. “La pregunta que me hacía no era por qué, sino para qué me mandaron esto”. Con el tiempo ha ido entendiendo, su historia es inspiración, es superación. Hoy, gracias a OndadeMar, el mensaje que Gloria quiere entregar se hace más fuerte. “Yo quiero que la gente le quite el miedo al cáncer, que vea que es algo de lo que todos podemos salir”.
Gloria es una de las mujeres que ayudó a crear OndadeMar Héroes, una línea de vestidos de baño pensada en las necesidades de las mujeres con cáncer. La idea es que, de ahora en adelante, cada colección tenga siempre las siluetas que cada una creó. Y este primer lanzamiento, además, busca apoyar a la Fundación Fundayama.
“Yo no usaba mucho vestidos de baño, pero ahora que estuve en Cartagena, me llevé el mío y fue la sensación”. Gloria creó una silueta para mujeres como ella: tiene boleros en el pecho y los brazos, para desviar la atención y disimular la posible asimetría que se puede notar en los senos, después de una mastectomía total sin reconstrucción o a una cuadrantectomía. “Quería tapar la cicatriz que queda y que viene desde el brazo”. Con esta prenda, Gloria, que es abogada, entrega un mensaje. Pero, además, su oficina casi que es consultorio, allí llegan mujeres y hombres. “Quieren saberlo todo sobre el cáncer”. Siempre hay palabras de ánimo. “Creo que mientras más se hable, más desaparece el temor”.
Cuando alguien toca su puerta, la respuesta siempre será la misma: mirar la enfermedad con una sonrisa, “guerrear con la mejor actitud siempre. Se trata de saber recibir y, sobre todo, de cómo quieres recibir”.
Por: Juan Pablo Tettay De Fex / [email protected]