El caso más típico de la descoordinación administrativa es cuando la Alcaldía decide pavimentar una calle, que a los pocos días la empresa de servicios públicos romperá para intervenir las redes de acueducto.
Después de ver la transformación del corredor central de la Oriental, de pirámides de concreto a un jardín verde, los ciudadanos se sorprendieron cuando, a los pocos meses de entregada la obra, muchas de las plantas sembradas fueron retiradas para construir estaciones del metroplús.
“Evitar duplicidades y reprocesos también es evitar la pérdida de recursos” Luis Fernando Agudelo, docente de Planeación y Financiación de Políticas
La secretaria de Infraestructura, Paula Palacio, afirmó que esa intervención afectará solo el 8% del corredor verde y que el diseño “contempló lo existente”, y garantizó que las plantas serán sembradas de nuevo.
Pese a esto, colectivos ciudadanos preparan acciones para que los órganos de control determinen si allí se afectó el erario.
En un caso similar, la subdirectora de movilidad del Área Metropolitana, Viviana Tobón, indicó que antes de iniciar obras de la ciclorruta de La Picacha, la Alcaldía les anunció que haría un “ejercicio de urbanismo táctico de anticipación”, con señales de pintura en la calzada e instalación de materas, pese a que “se sabía que en unos meses íbamos a intervenir ese punto”.
Luis Fernando Agudelo, docente de planeación de políticas en Eafit y la U. de M., expresa que Medellín tiene complejidades inéditas, no solo por su presupuesto (cercano a los $20 billones en cuatro años), sino porque cuenta con un conglomerado de 36 empresas o fundaciones de las que el Municipio es dueño o socio.
Y que para formar esas capacidades de gestión, Medellín debe crear instancias de coordinación territorial y reformar los sistemas de información. “Evitar duplicidades y reprocesos también es evitar la pérdida de recursos”, concluye.