Jorge Aguirre sintió los disparos antes de la medianoche de ese sábado 31 de agosto. La curiosidad lo llevó a preguntar en la portería de su urbanización, en el sector de La Frontera. Los ruidos se habían producido en los jardines de una casa sobre la calle 21 sur. Por allí huían los ladrones, quienes habían dejado atrás su botín: cinco bicicletas.
El dueño de la vivienda, al verlos ingresar a su propiedad, intentó asustarlos con los disparos y estos siguieron su huida hasta otra urbanización. Por la reacción del cuadrante de la Policía, según el reporte de la Estación de El Poblado, uno de los delincuentes fue capturado. Estaba escondido en un árbol -el otro ladrón huyó-, y las bicicletas fueron recuperadas y devueltas a sus propietarios. Estaban valoradas en 10 millones de pesos.
Dos de las bicicletas fueron hurtadas en la unidad de Aguirre, cerca al supermercado Euro. Los ladrones ingresaron por la parte trasera, rompiendo una malla. Así lo hicieron en otros conjuntos residenciales.
Dice la Policía que estos delincuentes -que actuaban solos, no integraban alguna banda- se movían en la zona de La Frontera, entre Medellín y El Poblado. La autoridad recomendó no dejar elementos valiosos en zonas comunes.