Carlos Mario Hernández tiene 48 años, trabaja en seguridad desde los 22 y lleva 14 como vigilante en Twins, en el barrio Los Naranjos, una unidad de 142 apartamentos. Es un enamorado de su trabajo, asegura que es su “segunda casa” y que es gratificante llegar a la unidad porque sabe que siempre encuentra un buen lugar, con grandes compañeros y muy buen ambiente laboral.
Vive con su familia en el barrio Araucarias de Bello, su esposa Gloria es ama de casa y elabora artesanías. Tienen tres hijos: Valentina terminó pedagogía infantil, Diego se graduó del colegio y Sara está en bachillerato.
Carlos Mario es un agradecido con su trabajo, pues asegura que le ha brindado la oportunidad de darles estudio a sus hijos y comprar una vivienda propia, la cual terminará de pagar en cuatro años. Valora que su familia comprenda las largas jornadas laborales, así como sus ausencias en fechas especiales.
Su día comienza a las 3:30 a.m., tarda cerca de una hora en llegar a la transversal Superior con la calle 2 Sur. El regreso a casa es más complicado, cuenta, pues las filas y la hora pico hacen que el recorrido se tome el doble del tiempo.