Yo tengo una leve obsesión con las convenciones. Me interesa mucho saber qué estamos entendiendo todos acerca de algo. ¿Qué es tempestad y qué es calma? Qué entendemos todos por esas dos palabras que se convierten en consuelo de muchos.
Por María José Gómez Villegas
Si consultamos a su majestad – la RAE- tempestad es una tormenta grande, y calma es un estado de la atmósfera cuando no hay viento. Así entonces, y de acuerdo con el dicho parafraseado por todos alguna vez en nuestras vidas, luego de que los vientos rujan con una fuerza extraordinaria, los mismos se cansarán -como todo lo que persiste sin la respuesta esperada- y cesarán, no habrá más vientos extraordinarios, por lo menos no hasta que llegue una nueva tormenta.
¿Por qué imploramos tanta calma? A veces el entorno nos pide adaptación, desacomodarnos un poco y permanecer así, incómodos, fuera de nuestra zona de confort para poner a prueba nuestra creatividad. Y no hablo de la mal llamada creatividad que pareciera que únicamente consiste en crear obras de arte, moldear figuras o escribir un texto extraordinario; me refiero a la creatividad para afrontar situaciones cotidianas, las de todos los días, en casa, en la oficina, con las personas que tenemos cerquita y queremos, y a las que tenemos que ver por que nos toca.
Yo personalmente aplaudo las situaciones que me retan a ser una mejor persona y a explorar mi mejor versión, en todos los aspectos y escenarios: relaciones de pareja, trabajo, el camino que recorro todos los días de un punto A a un punto B, etcétera. Todos y cada uno de los momentos que habito.
Invito a reflexionar cuál es la calma que queremos en nuestras vidas, a disfrutar un poco la tempestad y sacar de ella lo mejor, para aprender y continuar. Respiremos rico, tomémonos las cosas con calma, pero para abrazar cada una de nuestras tempestades y con ello, todos los aprendizajes que traen consigo.
En la construcción de nuestra comunidad de amigos, reelijamos a todas las personas que nos regalan calma para afrontar momentos difíciles, no para acabar con ellos, sino para hacerlos más constructivos y ayudarnos a ver las cosas desde una perspectiva diferente.
“Se mira hacia atrás con vértigo. Hacia adelante con curiosidad. Nunca a los lados. Y se sigue y se sigue” – La vida- Leila Guerriero.