Frank García es vigilante hace tres años en Condado de Maracay, una unidad de 157 apartamentos y cerca de 700 habitantes. Este residente de Bello se tarda cerca de 45 minutos en llegar desde su casa al trabajo. Viaja en metro hasta Ayurá y luego emprende una caminada de 15 minutos hasta el barrio El Diamante.
Allí Frank hace turnos de doce horas y, aunque siente que las jornadas a veces son pesadas, valora que es un lugar campestre y tranquilo.
Se dedicó a su oficio hace quince años, también pintó casas y fue miembro del Ejército Nacional durante cuatro años.
Vive con sus tres hijos y su esposa, de quienes recibe apoyo incondicional para su trabajo, a pesar de que en muchas fechas especiales como cumpleaños, Navidad y fin de año tiene que estar lejos.