La cultura de las estampillas
En plena era electrónica, los coleccionistas de estampillas aún vibran en Medellín
32 mil estampillas provenientes de los rincones más tradicionales del planeta, representando sus monumentos, paraísos naturales, sus animales, exaltando sus héroes y sus escudos nacionales, fueron expuestas en una de las salas de la biblioteca central de la Universidad Pontificia Bolivariana, donde se encontraron no solo curiosos del mundo de la filatelia sino amantes y expertos en el arte de coleccionar estampillas.
Allí pudieron observar estampillas de diferentes tamaños, formas, colores y diseños, entre los que se destacaban los sellos postales clásicos, como los escudos nacionales de 1859, cuando Colombia era parte de la Nueva Granada, durante el gobierno de Manuel Ospina Rodríguez, o las estampillas que circularon en la Guerra de los Mil Días.
“A través de las estampillas se conoce un fragmento de la historia de la humanidad. Además de educar sobre acontecimientos históricos y hablarnos de la cultura de los países, es un entretenimiento muy noble. Gracias a esta pasión se pueden conocer amigos en todo el mundo, que comparten el amor por la filatelia”, expresa Augusto Peinado, reconocido coleccionista de estampillas y presidente del Club Filatélico de Medellín, organización gestora de la exposición en alianza con la UPB.
En la exposición filatélica, además de la extensa muestra, se realizó el lanzamiento oficial de la marca postal que conmemora los 50 años del Club Filatélico, por parte de la red postal de Colombia 4-72, que también se vinculó a la exposición.
“En 1962 un grupo de jóvenes fundamos el Club, en el marco de la Cuarta Exposición de Filatelia, que se realizó en Medellín por primer vez. Desde ese año hasta ahora, hemos organizado siete exposiciones. En 2011 tuvimos un encuentro internacional donde invitamos 14 países y 102 filatelistas del exterior, con quien compartimos e intercambiamos experiencias”, dice el filatelista Peinado.
Una de las curiosidades de la muestra fue la participación de la Institución Educativa Luis Carlos Sarmiento, donde diez niños motivados por las labores académicas, durante todo el año escolar estuvieron coleccionando las estampillas que encontraban a su paso.
“Dentro de la historia que se plasma en las estampillas se encuentran hechos históricos, efemérides, fundación de ciudades, se conmemoran logros deportivos, obras de pintores o escritores y se retratan presidentes, entre otros acontecimientos”, dice el coleccionista Alejandro Giraldo.
Sellos que son la historia
La historia de las estampillas se remonta al siglo 19, en Gran Bretaña, cuando se imprimió el primer sello postal en 1840. A partir de allí el mundo se llenó de sobres y pequeños papelitos, que venían apostillados en las cartas de correspondencia.
En Antioquia, la primera emisión postal fue timbrada en 1868, con una emisión de cinco estampillas que representaban el Escudo Nacional. En Medellín, por su parte, la primera estampilla a color fue emitida el 20 de julio de 1910, pieza que es conservada con celo por algunos coleccionistas.
“Ahora, por la era digital, la mensajería por correo postal ha disminuido mucho, pues las cartas se envían de manera electrónica. Sin embargo, podemos decir que en el mundo hay cerca de 50 millones de filatelistas. Uno de los objetivos es inculcar esta pasión a la nueva generación, para que conserven esta cultura. En el Club, actualmente, tenemos cerca de 70 niños, entre 9 y 14 años, que coleccionan estampillas”, dice Augusto Peinado.
Así, pues, los nuevos gomosos de la filatelia podrán acercarse al Club Filatélico de Medellín con la certeza de que encontrarán muestras, exposiciones y personas dispuestas a estimularlos en una pasión que sobrevive contra todo pronóstico.