En 2018, la Secretaría de Movilidad impartió 5.412 comparendos a quienes usaban dispositivos móviles al conducir. Un infractor tomó medidas radicales, por su bien y el de los demás.
Fueron dos comparendos los que se ganó Juan Gabriel Ángel por manipular su dispositivo móvil mientras conducía. En la primera ocasión, mientras esperaba el cambio de luz en un semáforo en rojo, quiso revisar qué mensajes le habían llegado. Por centrar su vista en la pantalla, no observó que el carro de adelante, que ya había arrancado, luego frenó en seco. El golpe fue inevitable.
En la segunda infracción, Ángel fue sorprendido por un agente de tránsito. De nuevo, durante un semáforo en rojo, miró su celular y el parte fue inevitable.
Entonces, como se declaró incapaz de dejar de revisar el celular cuando suena o vibra al conducir, tomó una medida radical: vendió el carro. “Preferí tomar servicio público para desplazarme hasta el trabajo o a mis visitas comerciales; así puedo seguir mirando las notificaciones sin problema. Los fines de semana utilizamos el carro de mi esposa para salir con la familia”, dice.
Estas conductas no aplican solo para los vehículos. Andrés Felipe Ruiz se fue de bruces hacia la calle como consecuencia de los mensajes que intercambiaba por Whatsapp mientras recorría una ciclorruta de Laureles. “Perdí el control y la bicicleta volteó la rueda de adelante. Me di bastante duro, terminé con la pierna raspada y llena de sangre”, recuerda.
Mucho desacato
Las estadísticas que maneja la Secretaría de Movilidad de Medellín respecto a las infracciones cometidas por manipular dispositivos móviles al conducir son desalentadoras.
En 2018 fueron 5.412 comparendos, y entre enero y mayo de 2019 van 2.612, es decir que la tendencia es a que la cifra sea superada.
Dice Luis Guillermo Mejía, líder de la Unidad Logística y Operativa de la entidad, que esas cifras son muy altas, y el llamado para los conductores es para que acaten las normas.
Mejía aclara que la norma dice que está prohibido cualquier manipulación del dispositivo al conducir. Sí está permitido el uso de accesorios manos libres, también orillarse en un lugar permitido para chatear o conversar. La sanción establecida es de 414.058 pesos.
No existe una estadística que determine la relación existente entre la manipulación de estos equipos y la accidentalidad, advierte el funcionario.
Por: Sebastián Aguirre Eastman / [email protected]