La muerte en Medellín no solo golpea por acción de las armas y la delincuencia. También acecha en las vías, entre usuarios que van a sus trabajos y colegios. El fenómeno presenta una reducción, pero de conductor en conductor queda mucha labor por hacer.
Mónica María Salazar Restrepo fue la víctima mortal que se cobró el más reciente siniestro ocurrido en una loma de El Poblado. Tenía 51 años y perdió la vida cuando un camión que descendía sin control por Los González, con problemas mecánicos por determinar, estrelló su carro que iba rumbo al sur por la vía Linares.
Otros siete carros, uno de ellos escolar con seis niños entre los ocupantes, más dos motos, fueron embestidos por el vehículo, que había hecho la ruta Eje cafetero – Oriente antioqueño y que, de regreso, buscaba vías arterias de Medellín. La tragedia, ocurrida el 24 de mayo, sumó cuatro lesionados.
Una investigación determinará por qué el camión perdió sus frenos. La Secretaría de Movilidad estableció que el conductor no conocía las exigencias técnicas y de pericia de Los González.
Al cierre de esta edición, la Policía judicial avanzaba en la investigación para determinar por qué el camión perdió sus frenos. La Secretaría de Movilidad estableció que el conductor no conocía la ciudad y definió su ruta en Waze, sin considerar las exigencias técnicas y de pericia de Los González.
El mismo día 24, por las mismas horas, otro accidente alteró la tranquilidad del sector de Suramericana, en el occidente de Medellín: una volqueta se chocó con un bus, se produjo un volcamiento y el resultado fueron ocho heridos. Y cuatro días más tarde, en un percance de madrugada en Las Palmas, antes del primer retorno, el conductor de una moto falleció y su acompañante resultó herida.
En loma o en plano, a cualquier hora, tres tragedias con dos fallecimientos y trece personas heridas. “En el mundo se están produciendo por año cerca de un millón de muertes en siniestros de tránsito, muertes al nivel de una guerra”, señala Humberto Iglesias, secretario de Movilidad de Medellín. Esta ciudad, por su parte, sufrió el año pasado en las vías 239 muertes, además 28.857 lesionados; en 2017 en el mismo contexto hubo 220 fallecidos y 31.741 heridos.
El fenómeno a juicio, de Iglesias, es evitable y de parte de la Secretaría de Movilidad hay un esfuerzo medido en la inversión de 51.726 millones de pesos en campañas de seguridad vial solo en 2018. ¿Usted al volante está poniendo de su parte? Conocer y respetar las normas, conducir con prudencia, sin alucinógenos, a la defensiva y sin lugar a las distracciones (¡olvídese del teléfono móvil!), saber elegir las rutas de acuerdo con su nivel de pericia y su tipo de vehículo, darle a este el mantenimiento debido (la evasión de la tecnicomecánica en Medellín ha superado el 54%), pensar no solo en dónde y a qué horas llegar, sino en qué condiciones, pueden ofrecer un panorama vial diferente. Es cuestión de vida.