Estudios independientes sobre la posesión de computadores y el número de conexiones a internet en El Poblado aseguran que aquí hay una cobertura superior al 75%. Eso quiere decir que al menos en 3 de cada 4 casas tienen computador y conexión a internet. Por eso es muy probable que en su casa haya usuarios de alguna red P2P, una de las formas de comunicación más usadas del mundo actualmente, y también una de las más perseguidas por las autoridades de muchos países, a instancias de los abogados de los grandes conglomerados de las industrias de la comunicación y el entretenimiento.
Música y películas gratis
P2P es una sigla en inglés (Peer to Peer) que quiere decir algo así como de igual a igual. Esto alude a un sistema de intercambio de archivos (casi siempre de música, películas y pornografía) entre usuarios de computadores personales, la mayoría de las veces sin intermediarios. La música, para seguir con el ejemplo, no se baja de una página en particular sino del computador de la persona que tiene la canción o el álbum deseado. Todo eso se hace, sin necesidad de conocer a la otra parte, con el uso de programas especializados en esta función. Los más famosos han sido Kazaa, Limewire, Morpheus, Emule y ahora Bittorrent. Todos funcionan de distinta forma, pero para el caso es lo mismo: son un buen medio para acceder a música, películas y pornografía. En realidad sirven para intercambiar cualquier tipo de información, pero estas tres cosas (junto con software y libros electrónicos) son las que la mayoría de la gente busca y comparte.
Ahora bien, ¿qué es lo gratuito? En realidad nada. Más que de material gratuito se trata de robo de los derechos de autor de los dueños de la música, etcétera. Y por eso es que hay demandas y abogados en el medio. Alexander Hannf, por ejemplo, un ciudadano británico, se sorprendió hace dos semanas cuando el domingo en la mañana llegó a su puerta un abogado representante de una firma legal apoderada de los siete estudios de cine más grandes de Hollywood para notificarle de una demanda en su contra por piratear películas en internet. Y como a este señor, estos estudios están persiguiendo a gente en todo el mundo (Australia, Holanda, Canadá, Brasil, Noruega, entre otros lugares), la han demandado y a algunos los han condenado a pagar indemnizaciones millonarias por violar los derechos de autor que estas compañías tienen sobre mucho del material que circula por las redes P2P. Si no cree, visite www.lokitorrent.com, uno de los rastreadores de bittorrent más populares hasta diciembre pasado (no le pare bolas a la jerga técnica), ubicado en Holanda. Y no crea que Holanda es muy lejos de aquí. Recuerde que para las comunicaciones de internet no se requiere visa. Ah, y Alexander Hanff está tranquilo, dice que él solo tiene dos guitarras para que le quiten, pues la casa en que vive es alquilada y lo demás son deudas. El responsable de Lokitorrent, su nombre no fue hecho público, no pudo decir lo mismo pues tuvo que llegar a un ruinoso acuerdo extrajudicial para no ir a la cárcel.
Los peligros
El peligro de los programas para comunicación P2P no radica en los abogados de los estudios de cine o de las compañías musicales; radica en que al entrar en una forma de comunicación con apariencia de anónima, pero que no lo es, con gente de todas partes y de la que no se sabe nada prácticamente se le abre la puerta de la casa a cualquiera. Y muchos de los programas P2P, casi siempre gratuitos, de hecho esconde la maliciosa intención de espiar a sus usuarios. Todos los mencionados aquí espían, salvo Emule y Bittorrent, pero aún este implica riesgos.
¿A quién y qué espían? A la gente corriente para robarle la platica. No es que esas compañías, las que hacen los programas, estén detrás de usted para robarle, ellos espían sus hábitos de navegación para enviarle publicidad (de ahí salen todas esas ventanas que se abren solas cuando usted está navegando) y para hacer bases de datos que nutren a los remitentes de correo basura; el problema es que entran y dejan la puerta abierta y por ahí es que se pueden meter los bandidos para dejarle instalados programas espías invisibles, virus y robarle información. Por eso no se deben almacenar en el computador las claves y los números de las tarjetas de crédito, ni débito ni ninguna otra información importante o sensible a menos que se sepa cerrar la puerta a los extraños.
Por si le interesa
Quienes no estén en esto para piratear música y películas tienen opciones para usar todo el potencial de la comunicación P2P mientras siga existiendo. (Los estudios de cine le han pedido a la Corte Suprema de Estados Unidos que declare ilegales a estos programas porque permiten la piratería, mediante una demanda a la empresa propietaria de Morpheus; también lo hicieron hace más de 20 años contra Sony por la invención del Betamax, con el mismo argumento y perdieron.) Hay muchos programas sin malicia. Algunos que puede usar son Shareaza, Azureus, ABC, Gnucleus y WinMX, y diga no a la piratería.