Aunque los indígenas consideran que el uso de la hoja de coca puede impulsar toda una industria de alimentos (bebidas, repostería y otras recetas culinarias), todavía son muchos los mitos que genera la planta en la cultura occidental debido a su utilización como droga.
Contra la mala fama
Existen algunas zonas en Suramérica, especialmente territorios indígenas, donde la producción cocalera está permitida solo para usos alimenticios y religiosos. La hoja de coca como base de la cocaína comenzó a ser penalizada mundialmente en 1961 por la ONU. Desde entonces se ha generalizado la erradicación y fumigación de cultivos con herbicidas.
Por empezar a cambiar esta dinámica, desde hace seis años los creadores del producto se propusieron mejorar los precios de compra de los cultivos legales indígenas, evitando la caída de los agricultores en manos del narcotráfico. En la actualidad más de 6 mil familias han tenido beneficios de este producto, debido a que le venden sus cosechas a la empresa colombiana, que recibe el producto de cultivos legales de 15 resguardos indígenas extendidos por todo el país.
“Por eso nosotros imaginamos que sí se puede desmitificar la hoja de coca, detener las fumigaciones y legalizar los cultivos existentes. Nuestra apuesta para una nación soberana y en paz, es utilizar nuestra planta ancestral, la hoja de coca de diversas maneras, como las comunidades indígenas lo están demostrando”, explica Laura Rico, comunicadora de Le Bon.
A pesar de los obstáculos que han encontrado para comercializar sus artículos, los productores de coca, creen que este camino es una manera más inteligente de combatir el narcotráfico que las fumigaciones y políticas con las que han tratado de destruir sus cultivos. Por ahora unas 200 cajas de aromática se venden mensualmente a Francia, Canadá, España y Venezuela y cerca de unas 5 mil botellas en la región andina.
Producto estimulante
Los responsables del proyecto de Nasa Esh’s aseguran que esta bebida, de color amarillento traslúcido, tiene una reacción estimulante aunque no es adictiva, pues el porcentaje químico de cocaína (uno de los alcaloides naturales de la hoja de coca) es menor al 1%, mientras que en la droga oscila entre 30 y 50%. “Es decir, nadie sentirá los síntomas que provoca la droga, solo por tomarse una Coca-Sek”, explica Laura Rico, comunicadora de Le Bon.
Aunque los creadores del producto aseguran que el consumo reiterado de esta bebida no causa sobredosis, ni produce estados alucinógenos y no tiene repercusiones como que se encalambre la boca, el toxicólogo Hugo Gallego afirma que “de todas formas los alcaloides de la hoja de coca tienen propiedades estimulantes y causan efectos en el organismo como dar energía, quitar el cansancio y el sueño, y propiciar un estado de alerta, así que la alta frecuencia en el consumo de estos productos, su abuso, o el mal uso combinándolo con dosis de licor o cafeína, puede causar cuadros de adicción y en el peor de los casos síntomas como taquicardias, temblores, irritabilidad, y sobre-estimulación”.
Propiedades energéticas y contraindicaciones
Todos hemos escuchado alguna vez que la hoja de coca tiene propiedades medicinales, usadas ancestralmente por los indígenas. Pero además de eso contiene un valor nutricional compuesto por proteínas, azúcares, grasas, fibras, vitaminas, oligoelementos (entre los cuales están calcio, fósforo y hierro en cantidades importantes); y un paquete de sustancias químicamente clasificables como alcaloides y enzimas, entre ellos, la bebida contiene egnonina, metabolizante de carbohidratos, glúcidos y grasas. Estos alcaloides son los que le dan a la bebida propiedades energizantes. “Por eso es necesaria tener precauciones con este tipo de bebidas energéticas, porque los últimos estudios médicos demuestran que consumidores crónicos que llegan a tomarse hasta 6 bebidas de estas en un día, han presentado problemas neuronales, taquicardia y si se combina con licor, como es usado frecuentemente, desequilibrios fisiológicos y problemas de arritmia cardiaca”, explica el doctor Gallego. Ello no implica que la bebida en pequeñas dosis sea nociva, por eso es importante la moderación para que se disfrute mejor y no genere efectos secundarios que afecten la salud.
Un producto histórico
- A pesar de que la bebida pueda parecer novedosa, la comunidad indígena guambiana, oriunda de Santander de Quilichao, Cauca, ya producía y consumía tradicionalmente un vino de hoja de coca (Amnza Jicha), para alegrar fiestas sociales y hacer rituales ancestrales.
- Durante el siglo XVIII en Francia, Angelo Mariani, quien cultivaba coca en Sumatra, elaboraba y exportaba, incluso hacia América, el vino Mariani, utilizado en las altas cortes europeas como estimulante y aperitivo, al cual se le atribuían propiedades como alimento, reconstituyente, refrescante, digestivo y hasta estimulante muscular, del cerebro y del sistema nervioso.