En diciembre de 2005 la Registraduría Nacional del Estado civil suscribirá el contrato para modernizar el sistema nacional de identificación, parte de un plan de tres fases formulado hace más de 10 años y del que este contrato es la segunda. Se habla de un valor superior a los 113 millones de dólares.
En la primera fase la Registraduría compró un sistema automático de identificación dactilar con capacidad de 10 millones de registros. A la fecha, se han expedido 8.5 millones de cédulas de ciudadanía con el nuevo formato solicitadas por duplicado o primera vez.
En la segunda fase se debe:
- Ampliar la base de datos del sistema automático de identificación para agilizar el proceso de validación y expedir en menor tiempo la cédula de ciudadanía.
- Renovar 30 millones de cédulas de ciudadanía.
- Grabar 12 millones de registros civiles (nacimiento 5.5 millones, matrimonio 2 millones, 2.5 millones de defunción, y 2 millones de inconsistencias) y digitalizar otros 30 millones para unificar las bases de datos existentes.
- Identificar a través de la captura dactilar a 3 millones de menores entre 14 y 18 años para la creación de una base de datos de tarjeta de identidad.
- Asignar el Número Único de Identificación Personal, NUIP, que acompaña a la persona durante toda su vida en los diferentes documentos que se le expiden.
Aclara la Registraduría: las cédulas que se deben cambiar son las blancas laminadas (tipo vieja guardia) y las plastificadas de color café con foto en blanco y negro. El nuevo formato se viene expidiendo desde 2000 a quienes solicitan duplicados o cédula por primera vez.
La nueva cédula de ciudadanía.
El documento actual garantiza la plena identificación del ciudadano, está fabricado con materiales especializados, cumple con estándares internacionales de diseño, seguridad y normatividad ISO. Fue objeto de pruebas de calidad y concepto de organismos de investigación y seguridad del Estado, según los cuales es difícilmente falsificable. El documento incluye un código de barras bidimensional con la información del ciudadano, tanto biográfica como su huella dactilar, que permite confrontar y validar la identificación del poseedor con la del titular del documento directamente o mediante el uso de recursos tecnológicos (lectores de huellas).
La Ley 757, en 2002, ordenó la renovación de las cédulas de ciudadanía de todos los colombianos para antes del 1 de enero de 2006, a todas luces imposible de cumplir; sin embargo, lo más probable es que el Congreso expida una nueva ley con una ampliación del plazo. Este probablemente sea de 2 años más si se cumplen los planes de la Registraduría. Esta renovación debe ser sin costo alguno para los ciudadanos, de conformidad con lo señalado en la Sentencia de la Corte Constitucional C-511 del 14 de julio de 1999.