Tomarse una copa, consentir, adoptar, apoyar… hay un lugar en el barrio Manila que atiende a los humanos y sirve como hogar de paso para gatos.
En Manila están pasando cosas todo el tiempo. El barrio se ha ratificado como punto para el encuentro social, con alternativas variadas como el café Los Libertadores, de puertas abiertas para futboleros, galerías de arte como la de Carlos Orozco, que hoy tiene expuestas obras de Álvaro Barrios, Nadín Ospina, Débora Arango, entre otros; pequeñas grandes librerías con cerca de 200 títulos desde 25 mil pesos, hostales, ni hablar de la oferta gastronómica cada vez más amplia. Y ahora hay un espacio que mezcla el gusto por el café y por el amor y la solidaridad con los gatos.
Se llama El Catfesito, y lo atiende su propietaria, Johanna Vélez, una enfermera que interrumpió su oficio para dedicarse a los felinos, a quienes les profesa un amor que trasciende mimos y juegos.
Ubicado en la 12 con 43E sirve como hogar de paso para gatos que son ofrecidos en adopción por parte de la Fundación D´Pelos, de la cual Johanna es voluntaria.
“Hoy tenemos a ocho gatos anfitriones. En todo el tiempo que hemos funcionado, 34 animales han sido adoptados”, señala. Los entrega con todo en regla y esterilizados y desparasitados.
Por: Sebastián Aguirre Eastman / [email protected]
El local lo tiene dividido en dos ambientes con una vidriera. A un lado, el café para quien tiene interés gastronómico. En el otro sector, están sillones y mesas al lado del mobiliario gatuno: gimnasios, cajones, escaleras colgantes, camas.
El grano, para saborear una buena taza, se los compra a pequeños caficultores de Carolina del Príncipe, Santa Rosa de Osos y Pácora (Caldas).
Para sorpresa de Johanna, su local está nominado a los premios La Barra como Mejor propuesta de café. Ni idea tenía de este galardón. Pero está disfrutando esa mención.