Inconformidad con manejo de las obras de La 10 y la 43A

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La Avenida El Poblado
“Ya estamos en la recta final, queda faltando la adecuación total de adoquines y ya instalamos las cajas de los operadores privados de telecomunicaciones”, expone Luis Alberto García, Gerente del Plan Poblado. Así mismo, comenta, todavía hay algunos temas pendientes. En ese sentido, los peatones aún deberán esperar para utilizar los cruces peatonales en el separador de la vía y en estos espacios, en algunas áreas, también hace falta la siembra de coberturas vegetales. Sin embargo, en el primer tramo del paseo urbano, construido el año pasado, las plantas sembradas en el separador están en malas condiciones. García responde que Obras Públicas hace mantenimiento de estos espacios en el sector, pero sus labores no dan abasto, porque deben atender todas las zonas verdes de la ciudad. Por su parte, la Empresa de Desarrollo Urbano tiene la meta de instalar el 100% de las luminarias en el costado oriental y de adecuar algunos semáforos que aún no están en funcionamiento, lo cual viene creando congestiones.

Habla la Veeduría
Opina Agustín Botero, miembro de la Veeduría de la Avenida El Poblado: “La obra de la Avenida es un proyecto sumamente mal manejado, pues el gerente no ha sido eficiente para darnos gusto, pues en múltiples oportunidades no asiste a las reuniones de la Veeduría.Por eso puedo decir que los retrasos se deben a falta de planeación”. Por tanto, considera que no se le puede echar toda la culpa al invierno y argumenta que es difícil coordinar el trabajo de muchos contratistas y subcontratistas, al mismo tiempo. Por su parte, Santiago Torres, otro integrante de la Veeduría, es escéptico y asegura que la obra no se entregará el 20 de junio: “Los andenes están llenos de escombros y esa situación afea todo lo intervenido, sumado a los estragos del invierno, las obras carecieron de una óptima administración”.

La 10
“Llevamos un 65% en la ejecución de los trabajos en La 10. Teníamos previsto cerrar la vía solo una semana en mayo, para trabajar en las adecuaciones de acueducto y alcantarillado, pero nos pasamos de ese plazo porque tuvimos dificultades con el invierno”, explica Luis Alberto García. Esto se traduce, asegura, en bajos rendimientos en los trabajos y en dificultades para excavar en la vía. Además, sigue, es un verdadero obstáculo botar escombros en los centros de recepción que están cerrados en época de invierno, entonces se merma la pega de materiales, porque no cuentan con la humedad técnica requerida debido a los niveles de lluvia.

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En esta quincena, 14 trabajadores llamaron a Vivir en El Poblado y expusieron que uno de los contratistas les debía un mes de salario, con el agravante de no estar amparados con el seguro contra accidentes. El Gerente del Plan Poblado comenta que la responsabilidad laboral recae en los subcontratistas y en este momento evalúa la situación con los contratistas, pues es consciente de algunas deserciones que pueden ocasionar retrasos en los trabajos.

La Jal y la Corporación Zona Rosa
“No existe un cronograma lógico de actividades, cuando terminan un tramo, al poco tiempo vuelven a excavar en él y borran con el codo lo que hicieron con la mano”, sostiene Amparo Gaviria, Presidente de la Junta Administradora Local, Jal. Adicional a esto, advierte, las montañas de escombros generados por la obra están siendo removidas cerca de los negocios y alejan a los clientes. Argumenta también que el cierre de la vía origina tacos y congestión, creando problemas de tráfico en las vías alternas a La 10.

Por su parte para Sergio Sierra, Director de la Corporación Zona Rosa, los impactos en los negocios son negativos porque las ventas se han disminuido en un 60% y se han cerrado 7 negocios. En su opinión, los trabajos están retrasados, ya que nunca se implementó un cronograma que incluyera dos turnos de trabajo y con urgencia se debe estudiar la posibilidad de crear jornadas laborales los domingos y días festivos.

 
     
 

Hablan los comerciantes

“Han rebajado las ventas, porque no hay acceso para la gente. Es muy preocupante la falta de aseo de las obras, por donde uno camine siempre encuentra escombros y polvo”. Víctor Múnera, de Superpollo Paisa.

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“La diferencia en las ventas es notable, debido al cierre de la calle la gente decide no entrar en los negocios. Para los clientes es difícil encontrar un sitio dónde estacionar los carros. Las ventas se han rebajado en un 60%: normalmente venían 40 clientes por día y ahora solo recibimos entre 12 y 15 personas”. Diana María Arenas, de Ediciones Paulinas.
“Las obras nos han afectado bastante, las ventas se han mermado mucho, pues es casi imposible que los clientes lleguen a los negocios. Nos quitan el agua en cada momento y para nosotros eso es fundamental para la aplicación de tinturas, entonces toca cancelar citas”. Miriam Herrera, de la Tienda del Peluquero.
 
 
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