- Publicidad -
Titulada Arte Con Sentido Común, la exhibición es una propuesta dinámica donde el espectador hace parte esencial de la muestra. Compuesta de tres salas, las Temporales, la exposición inicia con la serie Arte Telescopio, donde decenas de visores de colores cuelgan del techo para mostrar, a selección del visitante, imágenes, dibujos, fotografía y recortes de periódico; un recorrido retrospectivo y aleatorio por la mente del artista. Allí también los muros se cubren de cartas a puño y letra del artista, escritas para protestar contra los anuncios del fin del arte. Unas enviadas al Museo del Prado en Madrid, otras al Louvre en París y a otros grandes museos para dirigirse a las obras de arte y anunciarles su despido… “Apreciada Venus de Milo…” “Queridas Meninas de Velásquez…” Estas acompañan el rechazo a la IV Bienal de Arte de Medellín en la que Uribe promete irse de la ciudad durante el lapso de tiempo que dure el evento. Pero es la segunda sala la que ofrece las obras por las cuales es más recordado. En ella están los collages de imaginería popular con especial uso de íconos religiosos, ánimas del purgatorio acompañadas de extinguidores, imágenes del Divino Rostro iluminadas que guiñen un ojo cada tres segundos, San Gregorio por el gabinete de medicamentos y al fondo, en un recóndito esquinero bajo una advertencia al espectador, se tropiezan el humor y la sexualidad en la mente de Juan Camilo. Más interesante aún es la última sala, que invita a tomar una posición, a ver el punto de vista del artista, a experimentar el arte en lugar de mirarlo de lejos. Hay llamas, caleidoscopios y una mesa casera esperando La Cabeza Parlante para ponerla en un plato plástico. La Cabeza Parlante murió hace dos años ya pero la obra que queda atrás no deja de hablar. |
|||
|
|||
- Publicidad -