“En este hotel los problemas son de principio a fin”, dice Carlos H. Jaramillo, Director de Planeación de Medellín. Se refiere al Hotel Estelar Parque Lleras, cuya construcción se adelantaba hasta hace pocos días en la calle 8 Sur con la carrera 37, diagonal a los restaurantes Il Forno y Triada.
Varias anomalías señaladas por la comunidad alertaron al Municipio sobre esta obra que, según información de Planeación, iba a ser de nueve pisos. Después de una visita reciente de la Inspección de Control Urbanístico, los constructores accedieron a suspender los trabajos cuando apenas se hacían las excavaciones preliminares. Las razones legales para no continuar la edificación eran obvias, además los inversores corrían el riesgo de perder dinero, pues más adelante la Alcaldía podría ordenar su demolición e incluso la comunidad podría interponer acciones populares contra dicha obra.
En primer lugar, el hotel se estaba edificando sobre los veinte metros de retiro de La Presidenta. “Cerca de la mitad del lote o más, está sobre el retiro de esta quebrada donde hemos invertido una buena cantidad de recursos públicos, que son sagrados, en hacer un parque lineal y otros trabajos para preservarla y recuperarla. No solo es el irrespeto con este componente ambiental natural sino que es un mensaje aterrador que se le quiera sacar ventaja y jugarle sucio a la ciudad”, manifiesta Carlos H. Jaramillo.
La licencia: un misterio
Lo que está claro es que alguien le quería jugar sucio a Medellín, al intentar construir sobre los retiros de La Presidenta, porque pese a la obviedad del impedimento, los constructores del hotel cuentan con una licencia, supuestamente otorgada por la Curaduría Segunda, cuando estaba a cargo de Eliney Francis, conocida por otros entuertos similares.
Sin embargo, de esta licencia no hay registro alguno en la Curaduría actual, pese a que “es obligación de ley que licencia que se otorga, licencia que permanece en los archivos”, y si no aparece en los archivos en como si no existiera. “Pero hay más irregularidades”, manifiesta el director de Planeación. “Cuando uno hace un edificio tiene que dejar unos retiros a los ejes de la vía que garanticen, entre otras cosas, asoleamiento y futuras ampliaciones de vía, y esto tampoco lo cumplieron. Es decir, es un edificio que ni por el retiro de la quebrada ni por el retiro de las dos vías se puede hacer”, concluye.
Vivir en El Poblado llamó varias veces a las oficinas de los responsables y constructores del hotel con el fin de conocer su posición frente al tema, pero al cierre de esta edición no había sido posible obtener respuesta.
La Curaduría Segunda
La fortuna de este caso es que la obra fue suspendida a tiempo y se hicieron respetar las disposiciones de usos de suelo y ambientales, pero no han sido pocas las veces en que el Municipio se ha dado cuenta demasiado tarde de construcciones totalmente irregulares y que, de manera extraña, contaban con licencias otorgadas por curadurías. Al respecto, el Director de Planeación precisa que “con la Curaduría Segunda tuvimos muchísimos inconvenientes en el pasado. Llegamos a hacerle cerca de 25 requerimientos y hay varios de esos procesos pendientes en la Procuraduría”.
Para subsanar estas irregularidades, durante la Administración Municipal pasada se abrió una convocatoria con el objetivo de que el ganador (la ganó la Universidad Nacional) adelantara de manera transparente un proceso de selección de los nuevos curadores. También para combatir posibles anomalías en el otorgamiento de licencias, durante el cuatrienio pasado se empezó a implementar en el Municipio un sistema de información en línea, de manera que “licencia que otorguen los curadores, licencia de la cual estamos informados”. Así mismo, se crearon las inspecciones de Control Urbano. “La apuesta es que al final de esta Administración estemos haciendo visitas antes de que se construya , durante la construcción y al final de la construcción”, manifiesta Carlos H. Jaramillo.