Empoderar a las mujeres como agentes de cambio y liderazgo es esencial para lograr un mundo sostenible y resiliente. Así que, hombres y mujeres del planeta, construyamos juntos ese futuro.
Por cuestiones de la vida, últimamente he estado muy sensible a asuntos relacionados con la equidad e igualdad de género. He estado aprehendiendo (con h) mucho al respecto, no solo por mis propias experiencias, sino, también, por las de otras mujeres maravillosas que conozco.
A lo largo de la historia, al género femenino nos ha tocado luchar por nuestros derechos, por tener un lugar en el mundo, por tener acceso a cosas tan básicas como la educación y la salud. Mucho se ha logrado, pero mucho queda aún por hacer. Tanto así, que el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 5 es, precisamente, equidad de género.
La sostenibilidad no es solo lo ambiental; también es lo social, lo cultural, lo político y lo económico. Y la igualdad de género es todo lo anterior. Aquí van algunas razones que explican por qué:
- La mayoría de la población pobre del mundo son mujeres: la discriminación en cuanto al acceso a trabajos bien pagados, a la tenencia de tierras y/o al acceso a recursos naturales hacen que las mujeres tengan menos oportunidades de salir de la pobreza.
- Las mujeres son más vulnerables que los hombres a los efectos del cambio climático: la falta de empoderamiento y estabilidad económica hace que ellas tengan menos capacidad económica para superar los desastres y problemas causados por esta problemática (dato impactante: el 80% de los desplazados climáticos son mujeres).
- En muchos países en desarrollo, las mujeres de zonas rurales son las responsables de la consecución de agua, del cultivo de alimentos y de la producción de leña para sus hogares: el cambio climático y la contaminación afectan todos los recursos naturales de los cuales dependen estas actividades.
- Aunque hay más mujeres que hombres con niveles más altos de educación, las primeras seguimos recibiendo, en promedio, salarios 16% más bajos que los segundos y, a pesar de que somos el 51% de la población, solo constituimos el 41% de la fuerza laboral. Además, seguimos estando subrepresentadas en posiciones públicas y de toma de decisiones.
- Se ha demostrado que “la igualdad de género contribuye a la reducción de la pobreza y resulta en niveles más altos de capital humano para las generaciones futuras”, según el Banco Interamericano de Desarrollo, mientras que no invertir en estos asuntos conlleva costos de 160 trillones de dólares a nivel mundial, según el Banco Mundial. (Sí, la cifra es en trillones).
- Se ha evidenciado que mientras más mujeres participan en cargos públicos y en política, mayor estabilidad económica y democrática tiene un país, y más inversión social y en asuntos de bienestar se genera.
Está claro que la igualdad de género debe ser, entonces, una prioridad para cualquier gobierno o empresa. No por nada es que la Agenda 2030, que es la agenda global de desarrollo sostenible, resalta este tema como fundamental. Empoderar a las mujeres como agentes de cambio y liderazgo es esencial para lograr un mundo sostenible y resiliente. Así que, hombres y mujeres del planeta, construyamos juntos ese futuro, ¡que también es el presente! ¡Es el momento!
P.D: La sincronicidad, según Carl G. Jung, es la ocurrencia simultánea de dos hechos que no se encuentran relacionados por un vínculo de causa y efecto, sino por su significado. En mi vida, he tenido la fortuna de vivir la magia de este fenómeno conociendo a mujeres valientes y poderosas (también a varios hombres), que hacen del mundo, y de mi mundo, un lugar cada vez más bonito y por el que vale la pena seguir luchando. A todas ustedes, ¡gracias!