Durante el día atiende en su local de Manila y en las mañanas y las noches trabaja su cuerpo. Su anhelo es conseguir la tarjeta profesional y participar en Mister Olympia.
Por Sebastián Aguirre Eastman / [email protected]
“Kevin: ¡Como estás de viga!”, les escuchaba decir a sus amigos. Funcionaba, entonces, su plan de entrenamiento para que las camisetas le quedaran “apretaditas”.
Kevin Sánchez tenía 17 años -hoy tiene 27- y todas las noches invertía una hora haciendo ejercicio en el parque de la urbanización en la que vivía en el barrio Laureles. En esas estuvo durante dos meses, hasta que quiso subir el nivel de su preparación y se inscribió en el gimnasio AnimalX, que en aquella época apenas iniciaba -en la actualidad tiene sucursales hasta en Panamá y en Miami-.
Lo recibió el instructor Alexánder Arroyave, a quien ya había visto -pero aún no conocía- en el sauna de su unidad. Ese primer contacto visual marcó a Kevin Sánchez (“me impresionó su físico”) y cuando ya habló con él, escuchó por primera vez sobre fisicoculturismo.
Tras los pasos de Schwarzenegger
Tres meses en el gimnasio le sirvieron para que lo vincularan como instructor, luego de graduarse de bachiller en el Instituto San Carlos.
Cuando no laboraba, Kevin se entrenaba en el mismo lugar, curioso por saber más sobre ese deporte que hizo famoso a Arnold Schwarzenegger en la década de los 70, antes de su transformación en Hollywood.
Pagó una asesoría de 200 mil pesos a José Luis Rodríguez, “Big J”, colombiano, campeón suramericano y ganador del Arnold Classic, un certamen referente del fisicoculturismo mundial.
Big J diseñó un plan de entrenamiento y de alimentación que Kevin comenzó a seguir con juicio, aunque el factor económico empezó a pesar, pues entre otros asuntos que debía cumplir, tenía que consumir unos suplementos con aminoácidos, proteínas limpias e hipocalóricas muy costosos (entre 160 y 190 mil pesos cada tarro, que le duraban no más de 45 días).
Solo le pudo pagar un mes a su asesor, pero mantuvo sus rutinas de entrenamiento y preparación. Tuvo que olvidarse de las rumbas a las que lo invitaban sus amigos de barrio, y hacer muchos sacrificios para conseguir lo que quería. “Tenía que comer pollo seis veces al día y huevo otras tres. Económicamente era duro, pues mi mamá no me apoyaba en este deporte, aunque yo no tenía que dar plata en la casa, pero debía que sostener mis rutinas alimenticias y de entrenamiento”, comenta.
En su primer torneo, el Clásico Paisa -tradicional en Medellín-, quedó entre los diez primeros; aún le faltaba ganar en musculatura para competir ante participantes más maduros físicamente.
Tras cinco años en el gimnasio, renunció y se dedicó a vender ropa. Mantuvo sus rutinas deportivas, pero le bajó a la intensidad, más aún cuando sufrió un accidente que lo mantuvo alejado de la preparación.
Regreso con otros bríos
Kevin perdió por un tiempo sus deseos de ser fisicoculturista, pero se mantuvo en actividad deportiva. La situación económica no era la mejor, así que exploró las influencias familiares que había recibido de su abuela, peluquera por más de 40 años en el barrio Buenavista de Belén, y de un tío, quien le enseñó a motilar haciendo las veces de cliente.
“Él me orientaba, me indicaba qué corte tenía que hacer”, recuerda. Terminó creando su propia barbería, tarea en la que su papá fue vital, pues le colaboró con apoyo económico para iniciar el proyecto.
En su primer año como empresario tuvo muy buenos resultados, que le permitieron, ahora sí, iniciar en forma su carrera deportiva como fisicoculturista, la cual reactivó con nuevos bríos.
Regresó a Clásico Paisa y esta vez quedó de segundo. Luego ganó el Señor de Piedra. Su carrera alzó vuelo.
En Italia, paso a la consagración
En 2017, Kevin Sánchez y su novia Juliana planearon un viaje por Europa en septiembre de 2018. Él le compartió su deseo de participar en algún evento y coincidía su estancia allí con el Mister Olympia amateur en San Marino.
Se inscribió en la modalidad Men´s Physique. Era el único latinoamericano, recuerda. Allí estuvo entre el 21 y el 23 de septiembre y obtuvo un gran logro: figurar entre los cinco primeros.
Esto lo hizo volver con nuevas metas: ahora sueña con participar en el Mister Olympia profesional, que todos los años se realiza en Las Vegas, Estados Unidos. Si quiere llegar allá, necesita primero obtener la tarjeta que lo acredite como profesional, para lo cual debe ganar algún torneo internacional.
Esa, dice, es su próxima meta. Con 27 años, aún está a tiempo de conseguirlo.
Las modalidades del fisicoculturismo
El fisicoculturismo en Colombia es reconocido como deporte por el Comité Olímpico Colombiano. Cuenta con su propia federación, que está adscrita a su vez en la Federación Internacional IFBB.
Maneja las siguientes modalidades:
- Fisicoculturismo clásico
- Body Fitness
- Men´s y Women´s Physique
- Fitness coreográfico
- Wellness fitness
- Bikini fitness
Dependiendo de la modalidad se juzgan asuntos como tono muscular, volumen, estética, definición, estatura y peso.