La información que entrega este procedimiento de los organismos vivos ha alcanzado un nivel de detalle que, incluso, ya permite hablar de manipulaciones genéticas.
Por Sebastián Aguirre Eastman / [email protected]
Los avances científicos que se han logrado con las pruebas de ADN han llegado tan lejos que Juan José Builes se cuestiona si tendremos la capacidad de asimilar la información que este procedimiento revela de nuestros organismos.
El biólogo genetista, maestro en genética humana, candidato a doctor en biología y director científico y gerente del Laboratorio Genes, explica que todos los seres vivos somos susceptibles de esta prueba, sin importar si estamos vivos o muertos.
La más común, y la más conocida, es la prueba de paternidad, que por lo general se les realiza a padre e hijo, pero también puede ser con la madre, en casos como cambio de bebé en el hospital. También cuando padres e hijos son separados por entidades como el ICBF por alguna causa legal, y tras un tiempo los parientes quieren recuperarlos y deben demostrarlo mediante el ADN.
Pero hay muchos otros casos. Hoy, agrega Builes, es posible saber mediante un tamizaje prenatal si un bebé nacerá con enfermedades o predisposición a algunas de ellas, como el Síndrome de down; ya adultos, los rasgos genéticos predicen si hay algún porcentaje de posibilidades de desarrollar cánceres, alzheimer o desórdenes lipídicos. Medicina personalizada.
“De hecho, cualquier persona, por simple curiosidad, se puede hacer la prueba, pero está sujeta a conocer información, que, tal vez, no desee haber conocido”, afirma el biólogo.
En algunos países más desarrollados investigaciones han demostrado que, luego de hacer la pruebas del ADN, existen metodologías para manipular los genes, apagarlos o prenderlos según lo que se detecte y prevenir enfermedades o desórdenes genéticos antes de nacer. En Colombia, dice Juan José, “estamos lejos de ello”, y de paso sostiene que esto ha dado pie a debates éticos sobre su alcance.
En animales, estas pruebas son utilizadas para identificar fauna silvestre, y sirve como documento para procesos legales contra el tráfico de esas especies; en equinos, para probar la crianza y el origen, y para demostrar la propiedad sobre un ganado que fue objeto de hurto o de matanza.