Siendo tan solo un niño, Andrés* y su familia tuvieron que abandonar su casa en el municipio de San Carlos debido a la violencia. Ahora, 13 años después, el temor a las balas vuelve a tocar su puerta y por eso él y los suyos deben irse de su casa en el corregimiento de Altavista.
Colaboración de Julián Londoño Ortiz
Hace 13 años Andrés* y su familia debieron empacar sus cosas y abandonar su casa en San Carlos, en el oriente antioqueño, debido a los enfrentamientos entre la guerrilla y el Gobierno, una lucha que en varias oportunidades tocó a su puerta.
Siendo un niño conoció las secuelas de la guerra y hoy, con más de 20 años y convertido en líder social en uno de los barrios del corregimiento Altavista de Medellín, nuevamente debe resignarse a despedirse de su hogar debido a la disputa por el territorio entre los combos “Los Chivos” y “Los Pájaros”, tras la salida de “Los Urabeños”.
Estos combos, patrocinados por organizaciones delincuenciales como “La Oficina”, a través de amenazas, o a sangre y fuego, se disputan un corredor estratégico para la movilización de drogas y armas.
Como siempre, el resto de la población debe buscar refugio o despedirse de su casa por miedo a un ataque.
Y esa es otra vez la historia de este joven, quien es el reflejo de otros cientos de líderes del país, muchos de ellos asesinados, quienes no pueden ejercer su labor por la intimidación de los grupos armados.
La soledad y falta de respaldo los hacen claudicar en sus intenciones de luchar por la comunidad.
“Estamos muy solos los líderes sociales. Ellos llegan como unos locos haciendo salir a todo el mundo. Hay sectores que parecen barrios fantasmas”, sostiene Andrés*.
“Es muy duro que existan dolientes cuando no hay respaldo”, agrega.
Manifiesta que mantienen contacto con las autoridades locales, pero tener que regresar a su casa, especialmente en las noches, se convierte en una odisea por la falta de institucionalidad en las calles, además, teme por su familia.
“Recorrer las aceras de mi barrio ya no se puede disfrutar”, dice el líder.
“Otra vez desplazado”, es lo que dice con dolor y voz entrecortada, un sentimiento al que se suma entre lágrimas otra joven de la zona, de quien también reservamos el nombre por su seguridad.
La zona occidental de Medellín vive una época difícil. Sectores como Altavista, la Comuna 13, Robledo, entre otros, afrontan una disputa que tienen sumida en la incertidumbre y la zozobra a sus habitantes, mientras las autoridades intentan retomar el control y devolverle la tranquilidad.
El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, reitera la necesidad de denunciar y ratifica la necesidad de seguir luchando contra las bandas delincuenciales que intentan apoderarse de varias zonas de la capital antioqueña.
“Hoy no hay un jefe tradicional de Medellín en las calles. Quienes subieron son las personas que recibieron instrucciones para asumir el mando, pero jefes históricos están en la cárcel”, manifestó a los medios de comunicación hace unos días el mandatario local.
Al igual que Andrés* y Andrea*, muchos niños, jóvenes, líderes y adultos que no pidieron ser parte de ningún combo, por el simple hecho de recorrer las calles de estos barrios y querer trabajar por sus habitantes, son obligados a cambiar sus casas y sus vidas.
No estigmaticen la palabra Altavista
Altavista es un sector del barrio Belén, en la Comuna 16, dividido en parte alta, con mayor cercanía a la zona de los enfrentamientos, y parte baja, colindante con La Gloria. Pero también existe el corregimiento Altavista, donde se presenta con mayor crudeza la disputa entre “Los Chivos” y “Los Pájaros”.
Los habitantes de Belén Altavista piden que no los discrimen o sientan temor de ir a sus casas debido a lo que pasa en el corregimiento.
Miriam Garzón, líder y presidenta de la Junta de Acción Comunal Belén Altavista Parte Baja, asegura que su sector es muy tranquilo y pide que no estigmaticen toda la zona.
“Por acá podemos ejercer nuestra labor y trabajar por la comunidad. Continuamente estamos haciendo actividades para integrar a la comunidad”, manifiesta la líder social.
“Hace mes y medio hicimos un recorrido con otros líderes por varias partes y las personas del sector también dicen que todo está tranquilo”, sostiene Miriam; pero la historia no es igual unos metros más arriba en el corregimiento.
Altavista es comprendido por las veredas o barrios: El Jardín, El Manzanillo, El Reposo, La Perla, San Francisco, Buga Patio Bonito, El Concejo, La Esperanza, La Palma, Nuevo Amanecer, Aguas Frías Parte Alta, San Pablo Aguas Frías, La Playita, Corazón Sector Tanques, Corazón Sector Monteverde y Corazón Travesías El Morro.
*Nombres cambiados por seguridad de las fuentes.