Cuencos tibetanos para afinar los chakras
El cuerpo se desafina con la vida acelerada, el estrés o las angustias personales. Los cuencos tibetanos no solo ofrecen un lindo sonido, pueden ser terapéuticos para quienes buscan más equilibrio en sus vidas.
¿Sabías que tu cuerpo es un instrumento musical? Aquellos que siguen la medicina alternativa, bioenergética o filosofía y religión hindú sabrán que existen 7 chakras principales en el cuerpo: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, lavanda y magenta. Cada uno está asociado a un lugar específico del cuerpo, desde la base de la columna hasta la coronilla. El verde pertenece al corazón, el azul a la garganta y asi sucesivamente. Según Claudia Montoya, cada chakra también resuena con una nota musical específica. Desde el rojo empieza la escala musical con Do hasta el chakra magenta con la nota Si.
Claudia Montoya -discípula de Fabianne Maman, quien a su vez fue discípulo de Steven Halpern, escritor, bioenergético y músico especialista en cuencos tibetanos- ofrece conciertos de resonancia y grupos de meditación con cuencos tibetanos hechos de cristal de cuarzo. Con la octava completa ella dice que se puede afinar y activar cada chakra para recuperar el cuerpo del destemple que sufre con el medio ambiente, estrés o historia personal. Esto se llama Chakra Walk, en español caminata del chakra, en la que se van pasando por las notas musicales para ir afinando cada chakra individualmente.
Los cuencos tibetanos originales son en plata, oro, cobre y otras aleaciones de metales pero la creación del cuenco cristalino se ha vuelto popular por su efectiva resonancia y por la creencia de que el cuerpo humano también es una estructura cristalina. Estos cuencos son 99.99% cuarzo triturado y moldeado al calor. Pueden variar entre 6 y 24 pulgadas de diámetro pero su tamaño no determina necesariamente la nota musical. Cada cuenco es evaluado con tecnología digital para descubrir su resonancia musical.
Los cuencos se tocan con un pequeño mazo de cabeza de goma o con una delgada vara cubierta en gamuza. Estas se ponen en posición vertical y se van dando suaves golpes alrededor del cuenco en sentido de las manecillas del reloj o en sentido contrario.
La práctica puede ser usada como un método de relajación o equilibrio espiritual pero además hay quienes creen en su poder de sanación. Puede ayudarnos a despejar la mente, elevar la vibración energética y llenar de paz y calma los espacios que habitamos.