Yency Poscue Suárez: una mujer que rompe el molde

Esta mujer se ha abierto camino en la construcción, un gremio históricamente dominado por los hombres. Su trabajo ha dejado huella en obras públicas del Oriente antioqueño.

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Ya sea en un potrero convertido en parque o en la instalación minuciosa de un sistema de alcantarillado, en ambos, Yency Poscue Suárez ha estado ahí. Con casco blanco, botas enlodadas y una visión clara, esta ingeniera industrial (también técnica en obras civiles y en seguridad y salud en el trabajo) ha hecho carrera en un terreno que, históricamente, ha estado dominado por hombres.

Su historia empieza con una mudanza tras otra: nació en Tolima, fue registrada en San José del Fragua, Caquetá, y creció entre los Llanos, Ibagué y Yopal, siguiendo a su padre, un maestro de obra que trabajaba para petroleras. “Yo quería estudiar Comunicación Social, pero mi papá me dijo que debía estudiar obras civiles. Al principio fue por él, después me enamoré del oficio”, cuenta Yency.

Esa primera decisión la llevó al Sena de Yopal, donde se formó como técnica y realizó sus prácticas en empresas constructoras. Luego, se fue para Bogotá, donde conoció el mundo de la seguridad industrial, y más tarde llegó a Medellín, donde culminó su carrera en Ingeniería Industrial. “Mis prácticas siempre fueron en campo. Eso me permitió conocer el lenguaje de las obras desde el principio”.

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En el camino tuvo que enfrentarse a la dureza del gremio: “Lo más difícil fue sentirme sola en un proyecto rodeada de hombres que querían demostrar que sabían más, que esperaban que yo me equivocara”, afirma. 

Con los años fue escalando profesionalmente. Pasó de roles técnicos a ser directora de calidad y coordinadora de compras, responsable de la cadena de suministros y de la verificación técnica de los materiales en grandes proyectos. Uno de los más significativos fue la remodelación del parque principal de Marinilla, entregado en 2023.

También participó en proyectos en El Carmen de Viboral, El Santuario, Abejorral y La Ceja, dejando huella con su enfoque minucioso en calidad y en la implementación de procesos certificados bajo normas internacionales. “Me gusta ver cómo un terreno vacío se transforma en un edificio, en una vía o plaza. Saber que uno fue parte de eso, desde los cimientos hasta el acabado final, es una satisfacción enorme”, expresa Yency. 

Hoy, tras 14 años en la construcción, Yency realiza consultorías en calidad para constructoras. Aunque el camino ha sido retador, asegura que no lo cambiaría por nada, y agrega: “Este gremio necesita más mujeres. No para hacer lo mismo, sino para hacerlo diferente: con visión, detalle y otro liderazgo”.

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