En Colombia vive una mujer que fascina a quien la escucha. Una vez comienza a contar su historia, el oyente no podrá detenerse: querrá saber las situaciones que vivió María Clara Villegas, una economista brillante, que a los cuarenta años de vida entendió que no se sentía feliz porque estaba cumpliendo un “libreto”, según sus palabras: tener dos hijos (hombre y mujer, idealmente), comprar el carro de moda, trabajar para tener la casa de los sueños, luego la finca y otros bienes.
Si miramos esta palabra, nos damos cuenta de que estamos llenos de ellos: discursos que se instalan con fuerza dentro de la cabeza. Para cumplirlo. Para hacer felices a otros. Para adaptarse a ciertas normas de los sistemas. Para vivir, probablemente, según las instrucciones de cierta mayoría.
Al revisar la historia y las teorías políticas nos damos cuenta de que las historias de los países están llenas de libretos: a los estadounidenses les enseñaron a pensar en grandeza económica, a los israelíes a verse como una gran familia que debe defender su tierra, a los alemanes a ver la puntualidad como un valor esencial y en tiempos previos de la oscuridad, a aniquilar a quienes no hacían parte de la raza aria.
Por eso, cuando surge la idea de dar cátedra sobre Antioquia surgen preguntas: ¿Qué valores se van a promover? ¿Cómo abordarán temas como la espiritualidad y la religión? ¿Quiénes serán incluidos? ¿Qué explicaciones se dará a los estudiantes sobre temas tan oscuros de nuestra historia como las masacres, los secuestros, las aniquilaciones y el racismo?
Las preguntas continúan: ¿qué enfoque se dará a la hora de tratar temáticas como la minería, el género, el narcotráfico o el abuso sexual? ¿Se tratarán temas como las emociones y la forma de reaccionar? ¿Se hablará del paisaje, de las subregiones, de las escritoras y escritores de estas tierras, de las organizaciones
de la sociedad civil? ¿Habrá un módulo para hablar de animales y especies naturales? ¿Qué personajes antioqueños se incluirán y con base en qué criterio? ¿Cómo se explicará la historia de quienes piensan distinto a la mayoría o no encajan en ciertas categorías?
Hablar de una cátedra así también deja una pregunta vital: ¿en momentos donde hay un senador herido por balas, peleas de líderes y fracturas, tal vez será mejor, primero, crear otras formas y contenidos educativos que nos enseñen a ser mejores personas?
