Las intensas precipitaciones de las últimas semanas han dejado a Altavista como uno de los puntos más críticos de Medellín: saturación de suelo, deslizamientos y material acumulado en cauces han puesto en riesgo a decenas de viviendas. Hasta la fecha, equipos técnicos han visitado más de 150 casas y sensibilizado a casi 500 residentes sobre por qué no deben volver a ocupar terrenos inestables junto a la quebrada.
La orden de evacuación ha alcanzado a barrios como San Vicente, Manzanillo, Aguas Frías y Buga, donde se registraron muertes y colapsos de estructuras. Ingenieros y geotecnistas realizaron 368 inspecciones, recomendando 94 desalojos temporales y 225 definitivos en viviendas levantadas sin permisos ni estudios previos.
Más allá de las demoliciones, la respuesta incluye entrega de ayuda humanitaria, rutas de atención social y un componente de salud que hasta ahora ha atendido a 223 hogares: desde tamizajes de riesgo cardiovascular y primeros auxilios psicológicos, hasta la gestión de citas médicas y suministro de agua potable.
En paralelo, el barrio recibe apoyo para la protección de mascotas y el despeje de vías. La intervención en Altavista combina acciones de emergencia con trabajo de campo “casa a casa”, buscando que cada familia conozca su nivel de riesgo y acceda a los recursos necesarios para proteger su vida.