Los días previos a cada edición impresa, la historia se repite con la misma intensidad y sorpresa: se revisan textos, se buscan imágenes, se comprueban nombres, se hacen preguntas y acuerdos, se buscan palabras, se afinan historias, se habla con columnistas, colaboradores y aliados comerciales. También, se resuelven imprevistos, tan variados como la vida.
Cada edición de Vivir en El Poblado se vive con una intensidad que pocos conocen al interior y está guiada por la misma razón desde hace 35 años: el amor por los lectores, muchos de los cuales aún no conocemos en persona y que, a pesar de eso, imaginamos con alegría.
Desde sus inicios, Julio César Posada (fallecido en el 2010), nuestro fundador, soñó con un periódico que llegara a las porterías de los edificios, a las casas (muchas más en ese entonces), a los apartamentos y oficinas. Lo imaginó así porque le gustaba el concepto de comunidad, cuya raíz gramatical revela su esencia: eso común, aquello que nos une, aunque seamos distintos en edad, apariencia o creencias.
A partir de ese deseo, las páginas sucesivas sirvieron para mostrar historias de personas que ayudan a otras, que se preocupan por el parque vecino, que se interesan por la situación de la ciudad, que denuncian, que brillan y no se resignan. Personas que crean y sueñan junto a otros, conocidos o desconocidos.
Guiado por las ideas del periodismo de soluciones que busca oportunidades, en medio de lo adverso, y por la convicción de que cualquier persona es valiosa y tiene la capacidad de transformar la realidad, a través de sus dones, queremos seguir existiendo y creando comunidad mediante el periodismo. Y más ahora, cuando las noticias falsas abundan, algunos aprovechan lo turbio para ganar visibilidad y otros (incluso nuestros líderes principales) buscan crear prejuicios o decir mentiras para conseguir sus propósitos.
Las calles, las casas y los apartamentos de este barrio están llenos de historias poderosas que han sido contadas a través de 900 ediciones.
Cuando nos alistábamos para el ocaso del 2024, escuchamos a una mujer sabia hablar del año por venir, es decir, de este 2025. Inspirada en el significado que varias culturas del mundo han dado al número nueve (y sus derivados), lo definió como un año para cerrar ciclos y dedicarse a lo esencial: cumplir sueños postergados y ser honestos e impecables con los objetivos. Ella también habló de una necesidad urgente del mundo: más solidaridad y trabajo en equipo.
Por esta y otras razones nos animamos a lanzar de forma oficial, en esta publicación 900, nuestra celebración. Y guiados por la alegría que nos inspira, realizaremos varios eventos este año (Mauricio Ballesteros, nuestro gerente, lo explica mejor en una columna de esta edición) y publicaremos textos y contenidos que hablen del futuro. En esta edición empezamos con ¿Hacia dónde va el liderazgo?, y vendrán más.
LEA TAMBIEN: https://vivirenelpoblado.com/celebremos-juntos-lo-que-construimos-juntos/
Gracias a ustedes por leernos y a cada persona que hace posible cada nota, cada edición impresa y digital.