Diario de un futuro 11. Pitazo final

Estadio lleno, se siente un ambiente que eriza la piel, hay miles de aficionados emocionados, se escucha el bombo de la barra brava junto con los cánticos que, en momentos como este, incrementan la moral del equipo local. Es justo una jugada decisiva, hay un penalti a favor, el marcador está empatado a un gol, se juega tiempo de reposición, transita ya el último minuto.  Ha sido un partido jugado a muerte, ningún balón se dió por perdido. Fue tanta la presión del dueño de patio que el visitante no tuvo más remedio que refugiarse en su campo, todos detrás de la línea de la pelota. Un bloque defensivo con un solo delantero, que, por definición, es el correlón para el contragolpe. 

Lea más columnas de Esteban Molina aquí >>

La pelota está perfectamente inflada, puesta sobre el punto penal. El árbitro señala en dirección de la portería. El arquero amplía su cuerpo para parecer más grande, tratando de engañar al rematador. Suena el silbato, tomo aire en una gran bocanada, sin perder al arquero de vista, teniendo presente que la voy a cruzar arriba. Inicio carrera, las voces del estadio cesan, con mi pie derecho le pego al balón con toda la fuerza que puedo, este toma el destino deseado, todas las miradas puestas en una circunferencia de hexagonos blancos y negros. Veo el vuelo del arquero surgir y convertirse en una extensión máxima de su cuerpo, su brazo alargado despliega su mano izquierda con la que tras la exigencia de su esfuerzo, parece alcanzar la pelota, es un sexto dedo borroso que roza la esférica cambiando levemente la dirección, encaminada, entonces, a la esquina del travesaño, que cuando lo golpea, salta la definición de lo que veo, pero casi de manera instantánea hay un estallido en unisono de un grito de GOL. Aturdido, reacciono lento, paso del estupor a la emoción desbordada justo cuando escucho que se decreta el final del partido.

Le puede interesar: Diario de un futuro 10. Abigail 

Salgo de la simulación, aún pensativo y dudoso de la certeza del gol. Reviso los prompts prearmados con Gemini que diseñan y definen la experiencia del día de hoy. Suelen variar entre 6 a 10 prompts detallando las partes importantes y contexto de la experiencia con la que se nutre Genie en su última versión. Un motor generativo de AI que permite crear experiencias que nacen cuadro por cuadro de manera artificial. Es en realidad, un generador de mundos paralelos. Cada movimiento propicia una nueva imagen que se conecta con la realidad momentánea, permitiendo coexistir en un mundo virtual, teniendo la posibilidad de guardar estadios previos y retroceder en el juego sobre las imágenes previamente generadas.

Así como Genie de Google, otros modelos como GameGenX y Sima están usando tecnologías de acercamiento a la realidad, donde se destaca, por ejemplo, Runway Gen3 que han convertido a la nueva industria de videojuegos en un mundo casi real. Donde con un solo prompt se crea un juego. Reflexionar se hace inevitable, que tengamos la capacidad de crear mundos completos que se desarrollan segundo a segundo de manera aleatoria tras un par de instrucciones reta la realidad en la que vivimos, la similitud a como transcurre nuestro día a día es ante este escenario mínimamente inquietante. Es entonces posible plantear que la vida como la conocemos quepa en un pequeño grupo de prompts que la modelan.

Únase aquí a nuestro canal de WhatsApp y reciba toda la información de El Poblado y Medellín >>

¿Qué dirían estos prompts modeladores de nosotros? Y, si existiese esa posibilidad, ¿qué pudiéramos editar de ellos para vivir en plenitud o, por lo menos, más humanos? En profunda reducción, la vida es una decisión que se toma a diario.

- Publicidad -

Más contenido similar

- Publicidad -

Más noticias

- Publicidad -