La historia de la hacienda comenzó en 1825, cuando el rionegrero Don Braulio Mejía y la marquesa española Doña Sotera Lorenzana encontraron en las montañas de El Retiro un punto para la extracción de sal, una de las actividades económicas más relevantes de la época.
Años después, el empresario Don Raimundo Hoyos le daría el nombre de Fizebad, una palabra que, según Paula Andrea Escobar, gerente de la Corporación Hacienda Fizebad, proviene del hindi y significa “potreros del buen retiro”.

En la década de 1950, la empresa Everfit Indulana introdujo la producción de lana en la hacienda, al importar ovejas de Nueva Zelanda y Argentina. Finalmente, en 1985, nació la Corporación Club Hacienda Fizebad, como la conocemos hoy: un espacio para el esparcimiento y la recreación.
Su arquitectura virreinal se mantiene intacta; sus calles empedradas, la icónica “casa grande”, una iglesia y mobiliario de época conservan la esencia histórica.
La celebración del bicentenario
En un mundo donde la conservación del patrimonio se vuelve cada vez más relevante, la Hacienda Fizebad sigue siendo un testimonio vivo del espíritu antioqueño, donde cualquier persona que lo visite encontrará un delicado equilibrio entre tradición y modernidad.
Para celebrar sus primeros 200 años, Fizebad prepara eventos culturales, exposiciones históricas y presentaciones artísticas, las cuales se realizarán durante todo el año. Además, en el segundo semestre tendrán un festival de cine y visitas guiadas para vivir una experiencia inmersiva en la historia antioqueña.
