El brillo de la joyera

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Una caja negra se abre y ahí es posible entender que todo lo leído sobre Sandra Roldán ha sido insuficiente: un collar de hilos dorados y entrelazados aparece y sientes que has llegado a un jardín de flores color malva, al océano, a un bosque de árboles cuyas copas no se tocan para que la luz llegue a todos.

En otra caja hay un collar hecho con cascabeles, esas semillas de árbol que, al moverse, suenan al agua, y que, según los indígenas del Putumayo, tienen la virtud de ahuyentar lo adverso.

Ella es la creadora de estas piezas que tienen el don de detener el tiempo y de despertar el asombro. Las personas que llevan sus joyas puestas se sienten poderosas, visitadas por la belleza, bajo el poder de un talismán. “Mis piezas adquieren un valor específico con cada persona. Creo en la fuerza de las intenciones y que nuestra energía se alinea con la de otros, con otras similares”, explica.

“Que Maye Musk (modelo y mamá
de Elon Musk, empresario y asesor de Trump) y otras mujeres hayan escogido
mis joyas ha sido una alegría y un
honor”.

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Esta mujer, que está convencida en la importancia de compartir el conocimiento y en los hilos invisibles que la bondad teje entre las personas, estudió Diseño Industrial y no imaginó este camino. “Cuando mi mamá se alistaba para una cirugía, quise llenarla de fuerza. Para que se sintiera útil, comenzó a bordar y con sus bordados, hice una joyas improvisadas que comenzaron a causar fascinación entre la gente. “Todas las amigas que se las ponían se sentían hermosas y se ganaban la atención y reconocimiento de quienes las miraban”.

A su mamá se le sumaron las tías, amigas con las manos gastadas después de tantos años de trabajo, cuidadoras que se relajaban al entrelazar los hilos, bordadoras de Tutunendo (Chocó), artesanos de filigrana en Mompox (Bolívar) o buscadores de semillas en el Putumayo, quienes esperan la fase indicada de la luna y piden permiso al bosque, antes de recolectarlas. “Me encantaría que mis joyas lleguen a lugares inimaginados, que preserven los oficios y mensajes ancestrales de nuestro país. Ojalá, un día, pueda elaborar una pieza que contenga el trabajo de personas provenientes de todas nuestras regiones. Que un día pueda hacer una joya y decir: “Esta es Colombia”. Y es que el brillo de la joyera aparece cuando brillan los otros.

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