El saludable valor de la prevención en Navidad

La Universidad CES, desde su programa de Tecnología en Atención Prehospitalaria -TAPH-, comparte algunas recomendaciones que buscan incentivar el sano esparcimiento, la adecuada convivencia y la integridad de las personas durante las tradicionales festividades de Navidad y fin de año.

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Suenan los villancicos, las luces decembrinas brillan en todo su esplendor, los aguinaldos se disponen en el pesebre y la mesa se llena de natilla, buñuelos y decenas de manjares más. Son los aires que envuelven esta temporada de encuentros y grandes celebraciones familiares y comunitarias.

Desde su programa de Tecnología en Atención Prehospitalaria -TAPH-, la Universidad CES comparte algunas recomendaciones que buscan incentivar el sano esparcimiento, la adecuada convivencia y la integridad de las personas durante los eventos masivos, populares y familiares que se efectúan por estos días con motivo de las tradicionales festividades de Navidad y fin de año.

En tal sentido, la sugerencia más importante que la ciudadanía debe implementar, tanto dentro de sus hogares, como fuera de ellos, es la prevención.

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“Los riesgos se materializan en el momento que menos lo esperamos. Si tenemos un buen esquema de prevención será menos probable que cualquier evento adverso se materialice”, indica David Cano Vélez, docente de las facultades de Medicina y Enfermería de la Universidad CES.

Los APH salvan vidas
Mediante convenio interinstitucional y durante las 24 horas, la Universidad CES opera con sus paramédicos, el programa de Atención Prehospitalaria -APH- del sistema de la Línea Única de Emergencias 123.

“Los TAPH se encargan del manejo clínico del paciente: evalúan, estabilizan y lo preparan para el traslado. Mientras tanto, los bomberos garantizan la seguridad de la escena. Ambos trabajan bajo un comando unificado donde cumplen un rol claro. Además, los Centros Reguladores de Urgencias y Emergencias (CRUE) coordinan los recursos para que los pacientes sean llevados al hospital adecuado. Esta colaboración asegura una atención rápida, segura y eficiente desde el lugar del incidente hasta la IPS, protegiendo tanto a los pacientes como a los equipos de respuesta”, explica Diana Luz Uribe Restrepo, coordinadora de programa TAPH, División de Pregrados y Educación Médica de la Facultad de Medicina Universidad CES.

Como profesionales de salud, los tecnólogos en APH están preparados para atender las emergencias médicas y traumáticas por fuera del hospital, y responder así a las necesidades de cada persona.

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“La atención prehospitalaria tiene un papel indispensable en la atención del riesgo. La gestión del riesgo es un proceso social que se orienta hacia la formulación de diferentes estrategias que busca el conocimiento y reducción de eventos, así como en el manejo de situaciones, lo que contribuye a la seguridad, bienestar, salud y calidad de vida de las personas”, recalca el profesor David Cano Vélez.

Acorde con la primera instrucción que atañe al aspecto preventivo y teniendo en cuenta la multiplicidad y variedad de escenarios que se registran en una temporada como la actual, desde la TAPH del CES compartimos algunas precauciones prioritarias para estas festividades.

Los TAPH se encargan del manejo clínico del paciente: evalúan, estabilizan y lo preparan para el traslado. Mientras tanto, los bomberos garantizan la seguridad de la escena. Ambos trabajan bajo un comando unificado donde cumplen un rol claro. Foto: cortesía Universidad CES.

Recomendaciones para una Navidad saludable

La Universidad CES, desde su programa de Tecnología en Atención Prehospitalaria -TAPH-, comparte a continuación algunas sugerencias que propenden por el sano esparcimiento, la adecuada convivencia y la integridad de las personas durante estas festividades de Navidad y fin de año.

Acorde a ese propósito, la recomendación prioritaria para la ciudadanía, tanto dentro de sus hogares como fuera de ellos, es aplicar constantemente una acción vital, la prevención.

Sobre fogatas, fritangas y manipulación de líquidos calientes:

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  • Al encender fogatas o fogones de leña háganlo lejos de estructuras inflamables como redes o pipetas de gas, material seco como maderos, árboles, arbustos o envases con combustible o gases inflamables.
  • Para iniciar el fuego se recomienda hacerlo con papel, carbón o velas, en lugar de combustible como la gasolina, thinner, petróleo o aceites, dado el peligro que representan por ser altamente volátiles e inflamables.
  • Así mismo, se sugiere que las personas encargadas de manipular el fuego y los recipientes calientes sean adultos y que nunca estén bajo efectos del alcohol u otras sustancias.
  • Evitar que los niños jueguen cerca del fuego, fogones o utensilios de cocina que contengan líquidos calientes como pailas con fritangas u ollas con sancochos o frijoles hirviendo.
  • Una vez concluida la actividad, se recomienda que las personas mayores a cargo sofoquen el fuego con un recipiente con arena o agua.

¿Qué hacer en caso de alguna novedad?

  • Ante alguna situación o evento con agentes combustibles como aceites u líquidos calientes se debe evitar el uso del agua porque puede generar empeoramiento de la situación.
  • En su lugar, se recomienda utilizar prendas largas por si se tiene salpicaduras en la piel para disminuir así la superficie de contacto.
  • Si el caso reviste de gravedad se debe llamar de inmediato a la línea de emergencias del sistema 123 y acatar las indicaciones que entregue el personal de Atención Prehospitalaria -APH- que atienda el caso.

Detonaciones y chispas de alto riesgo: 

Así mismo, desde el programa de Tecnología en Atención Prehospitalaria -TAPH- de la Universidad CES se enfatiza acerca de la importancia de acatar las recomendaciones y prohibiciones que hacen las autoridades de seguridad y de salud sobre los riesgos que conlleva el porte, manipulación y quema de elementos pirotécnicos.

Al respecto, los paramédicos advierten que la pólvora representa un alto riesgo para la salud y seguridad. Lesiones como quemaduras, heridas graves o amputaciones son indicadores de salud pública en una sociedad y afectan de manera especial y directa a los niños.

Los menores son especialmente vulnerables a los riesgos de la pólvora. Por tal motivo, ellos nunca deben jugar con fuegos artificiales, petardos o cualquier otro dispositivo pirotécnico.

Se habla mucho del riesgo que se tiene con las quemaduras, pero poco de los efectos tóxicos que lleva la ingestión de estos elementos que pueden ocasionar colapso hepático e, incluso, hasta la muerte. 

Por tal razón, en caso de una quemadura u accidente por elementos pirotécnicos, los equipos de APH recomiendan proceder de la siguiente manera:  

  1. Enfriar la zona de manera inmediata con agua corriente entre 20 a 30 minutos.
  2. Evitar utilizar productos caseros porque estos incrementan el riesgo de infección.
  3. Cubrir la zona quemada con un paño limpio y transportar a un hospital que puede ser de baja o alta complejidad según la zona quemada, superficie corporal comprometida, profundidad y persona quemada. 
  4. Jamás aplicar cremas, aceites o ungüentos porque disminuyen la valoración médica de la herida y pueden empeoran la situación de salud de la persona.
  5. En caso de quemaduras graves hacer un lavado inmediato de la piel y dar pronto aviso al servicio de emergencias médicas 123.
  6. Seguir las instrucciones y protocolos suministrados, primero, por los integrantes del equipo APH que atienda el caso; y luego, por el personal de salud en la IPS a la que sea remitida la persona.

Acerca de la seguridad durante la cocción de los alimentos:

  • Descongelar con antelación los alimentos u productos que se van a usar en la actividad; si aún están congelados se sugiere no introducirlos al aceite caliente.
  • Durante el proceso de cocción y preparación se recomienda utilizar utensilios de cocina como pinzas, cucharas o cuchillos largos que disminuyan la posibilidad de contacto directo con los líquidos calientes.
  • Igualmente, es fundamental utilizar recipientes y piezas de cocina que soporten altas temperaturas. Se debe evitar materiales como el plástico dado tienen poca tolerancia al calor, se descomponen e incrementan el riesgo de quemadura y contaminación de alimentos.
  • De la misma manera, se recomienda evitar llenar la freidora o el sartén en exceso porque incrementa su peso y posibilidad de derrames, lo genera riesgos de quemaduras.
  • Cocinar los alimentos de manera completa como las carnes, para evitar riesgos de enfermedades transmitidas por microorganismos por salmonella o echerichia coli.
  • De ser posible, en el proceso de preparación, antes de la cocción, separar las verduras y las carnes para evitar la contaminación cruzada.
  • Comprar los alimentos en lugares que tengan certificación por sanidad e INVIMA y preservar siempre la cadena de frio, en especial en las carnes y lácteos.
  • Desechar los alimentos que presenten índices claros de descomposición como mal olor y mala apariencia. 
  • Los alimentos en descomposición pueden generar graves intoxicaciones que pueden afectar cualquier sistema corporal en especial el sistema gastrointestinal.
  • Revisar las fechas de caducidad y asegurarse de que cada alimento este bien conservado.
  • Para manipular los recipientes calientes se debe utilizar guantes, aislantes gruesos de tela o madera que disminuyan el contacto con la superficie.
  • Una vez extraídos los alimentos de las pailas u ollas, se sugiere ubicarlos en superficies estables y no muy altos que facilite su adecuada manipulación.
  • En todo el proceso de cocción y suministro de los alimentos se recomienda mantener a los menores alejados y bajo supervisión de adultos con el fin de evitar posibles riesgos de quemaduras.
  • Preferiblemente, las persona que vayan a realizar las preparaciones deben retirarse los accesorios como anillos, pulseras, relojes y lavarse muy bien las manos.
  • Muchas de las intoxicaciones alimentarias no se dan por el producto mismo sino por el proceso de preparación. 
  • Se sugiere barrer con agua y jabón previamente para reducir los microorganismos presentes en el ambiente y que puedan contaminan los alimentos.
Los TAPH son profesionales de salud preparados para atender las emergencias médicas y traumáticas por fuera del hospital, quienes responden a las necesidades asistenciales y prioritarias de cada persona. Foto: cortesía Universidad CES.

Bebidas y comidas con moderación:

Tener presente que el consumo excesivo de alcohol puede llevar a accidentes, deshidratación y problemas de salud a largo plazo. Por tal motivo, para mantenerte hidratado, se recomienda establecer límites y alternar la ingesta de bebidas con agua o líquidos sin alcohol.

Al aumentar el consumo de bebidas con alcohol se afecta la capacidad de respuesta ante situaciones que pasan en el contexto. Las personas ebrias se privan de compartir momentos importantes de alegría y recogimiento.

Una recomendación al respecto muchas veces repetidas y ya conocida: jamás manejo bajo los efectos del licor u otras sustancias.  Si va a conducir no beba, y si lo hizo busque un “conductor elegido”.

Esa responsabilidad es compartida con los pasajeros, quienes no deben alcahuetear que alguien conduzca en condiciones de alicoramiento. En el vehículo, tanto conductor como pasajeros, son responsables de su integridad física demás actores de la vía: peatones, motociclistas y viajeros de los otros automotores.

De la misma manera, se advierte sobre la importancia de tener control con el consumo de comidas grasas: “No se trata de evitar comer, sino de saber comer. Las comidas ricas en grasas saturadas como los buñuelos, frituras, carnes procesadas pueden afectar la salud cardiovascular. Moderar el consumo y optar por alternativas más saludables como los vegetales, carnes magras y frutas”, indican los expertos.

Precauciones en eventos masivos:

Los paramédicos recuerdan que los eventos masivos representan riesgos para todas las poblaciones, en especial para la población infantil, embarazadas y adultos mayores y se deben tener en cuenta ciertas apreciaciones:

  • Los niños deben estar acompañados todo el tiempo por un adulto, el peligro puede estar en cualquier lugar.
  • Los niños, adultos mayores y embarazadas que tengan algunas condiciones médicas y con riesgo de agudizarse deben tener los medicamentos para ser suministrados en una situación emergente.
  • Tener un carnet con los datos personales que tenga información general y antecedentes médicos puede ser de gran utilidad en el momento de requerir alguna atención.
  • Asegurarse de estar protegidos del sol, con protector solar, sombreros y ropa adecuada, sobre todo si el evento se realiza al aire libre.
  • Lleve agua y snacks saludables, ya que los niños y los adultos mayores pueden sentirse fatigados durante las visitas. Ellos necesitan mantenerse hidratados y alimentados.
  • Las mujeres en embarazo deben de evitar el consumo de alcohol, porque puede afectar el desarrollo de condiciones neurocognitivas en el feto. Por tal rezón la instrucción es que seleccionen bebidas sin alcohol, como agua o café.
  • Asegurarse de que el lugar del evento ofrezca espacios para sentarse y lugares de descanso. Además, las mujeres embarazadas deben evitar estar mucho tiempo de pie o caminar largas distancias. Para ella se recomienda efectuar constantes pausas.

Función de los TAPH en la gestión del riesgo:

Los TAPH tienen las competencias para realizar el análisis de los diferentes riesgos que pueden materializarse en eventos masivos sean estos ocasionados por el hombre o eventos naturales que pueden afectar las personas en los diferentes eventos.

En caso de que uno de estos riesgos se materialice, los TAPH tienen las competencias para brindar una atención integral a todas las personas, familias y comunidades desde el componente físico, mental, social y psicológico siguiendo los principios de igualdad, protección, solidaridad, beneficencia y no maleficencia y justicia respetando la diversidad.

Los TAPH son profesionales de salud preparados para atender las emergencias médicas y traumáticas por fuera del hospital, quienes responden a las necesidades asistenciales y prioritarias de cada persona.

Programa de Tecnología de Atención Prehospitalaria -TAPH- de la Universidad Ces. Medellín, diciembre de 2024

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