El oso de anteojos, catalogado como vulnerable por la UICN, cumple un papel vital como especie sombrilla en los Andes, ayudando en la regeneración de bosques y dispersión de semillas. Sin embargo, enfrenta amenazas como la destrucción de su hábitat.
El Parque de la Conservación, iniciativa de la Sociedad de Mejoras Públicas de Medellín, inauguró un nuevo hábitat para el oso de anteojos, Tremarctos ornatus, una de las especies más emblemáticas de los Andes Tropicales y única en Suramérica. Este espacio de 558 m2 ofrece una zona más amplia y natural para su bienestar y cuidado, fortaleciendo el compromiso del Parque con la conservación de la fauna silvestre rescatada del tráfico ilegal por parte de las autoridades ambientales. La construcción de este hábitat fue posible gracias a la colaboración de Comfama y la Fundación Grupo Argos.
Diseñado para albergar al oso macho residente, este hábitat incluye un foso y un cerco eléctrico para garantizar la seguridad de los animales y del personal. El diseño también incorpora áreas de manejo para facilitar evaluaciones médicas y actividades de enriquecimiento ambiental.
El oso macho, de 7 años y 202 kg, consume una dieta balanceada de frutas, verduras, proteínas y concentrado, representando el 1.8 % de su peso vivo. Se le proporcionan “menús” variados y enriquecimiento ambiental para mantener su bienestar físico y mental. Este espacio mejora las condiciones de vida en comparación con su hábitat anterior, que ahora será ocupado por una osa hembra de 10 años y 106 kg, reproductivamente activa.