A Sara Múnera, cuando estudiaba fisioterapia, había una cuenta que no le cerraba. “Si la ONU dice que prácticamente una de cada seis o siete personas en el mundo presenta una discapacidad, ¿por qué yo no las veía cuando salía de mi casa? Eso es mucha gente, ¿dónde estaban?”.
La respuesta que encontró fue tan contundente como las barreras a las que se enfrentan, a diario, las personas en situación de discapacidad para habitar el espacio público; en pocas palabras, porque a la ciudad todavía no se la piensa con criterios de inclusión y accesibilidad.
“Nos enfrentamos todos los días a barreras topográficas, arquitectónicas y a la falta de mantenimiento en andenes y rampas”. Martín Londoño, usuario de silla de ruedas, empresario fundador de MATT.
Eso la llevó a fundar Whee Education, en 2017, una empresa social que se dedica a facilitar el acceso a productos de apoyo para esta población y a promover diseños inclusivos. La mitad de sus 15 empleados presenta alguna discapacidad. “Vamos más allá de entregar aparatos, también planeamos soluciones de accesibilidad para todo público; un buen diseño de un menú o de un baño, por ejemplo, sirve a todo el mundo”.
Otra razón para presuponer la rareza de la discapacidad estaría en su variedad y complejidad. Berny Bluman, director de Colombia Accesible, recuerda que “para la legislación colombiana, hay siete tipos de discapacidad y cada una de ella presenta múltiples matices. Si queremos una ciudad inclusiva, cuando planeemos cualquier intervención en el espacio público o establecimientos de cualquier tipo, se deben proponer soluciones integrales, que tengan en cuenta a todas ellas o a la mayoría, no solamente a las obvias”.
50 % de la población con discapacidad está fuera del mercado laboral.
En ese listado oficial de discapacidades estarían la física, auditiva, visual, cognitiva, sordo-ceguera, múltiple y psicosocial; además de otras condiciones que no son técnicamente discapacidades, como la baja estatura. Sonia Gallardo, directora de El Comité, al igual que Bluman y tantos otros que trabajan por la inclusión en Medellín, cree que este panorama afecta la dignidad de miles, en una dimensión que se desconoce.
“No tenemos estadísticas locales confiables. Nos toca plegarnos a las de Naciones Unidas. En Medellín, por ejemplo, apenas están identificadas oficialmente unas 78 mil personas en situación de discapacidad, cuando el promedio mundial nos habla de que, por nuestra población, deberían ser tres o cuatro veces más esa cifra”.
3 años de creación del Comité de Accesibilidad de Medellín, primero en el país.
El Comité promueve la vida independiente como concepto integral, que incluye la accesibilidad al espacio público. “Siguiendo con las cifras de la ONU, si vinculáramos a las personas en situación de discapacidad al mercado laboral y a las dinámicas económicas de la ciudad y del país, ofreciendo y consumiendo más porque acceden a más espacios, se subiría entre 3 % y 7 % el PIB”, arguye.
Felipe Betancur, de la fundación Ayudas Para Todos, repite que “hay avances, sin duda, pero estamos muy lejos de una accesibilidad aceptable. Las guías podotáctiles para invidentes están muy bien, pero no tienen continuidad, como tampoco los andenes, con obstáculos como postes, señales de tránsito o ventas ambulantes”.
7 de cada 10 personas con discapacidad, en la América Hispana, son pobres.
Celebra la instalación de semáforos inteligentes y sonoros, como el que está en el cruce de la avenida El Poblado con la calle 10. “Tiene luces en cada acera, de rojo a verde. También un dispositivo que emite mensajes hablados para el que no ve y sonidos de advertencia, lástima que se pierden bastante por el ruido en la zona”.
Betancur hace otra observación pertinente: “Vea los negocios de El Poblado, cualquiera de ellos; ninguno se promociona como incluyente, a pesar de que unos pocos se han esforzado en serlo. Y estamos hablando de una ciudad que es destino turístico internacional; podría ser más exitosa si fuera de verdad inclusiva y accesible”.
Hace poco, hizo un recorrido experimental junto a su amigo y colega Martin Londoño, usuario de silla de ruedas, a los sectores de rumba de la calle 10, Lleras y Provenza. “Nos encontramos con cosas como ésta: negocios con baños grandes, que abren hacia afuera y permiten que la persona en silla de ruedas entre y pueda girar, pero no había rampas cercanas para entrar al local”.
1972 año de fundación del Comité de Rehabilitación de Antioquia (hoy, El Comité).
Martín Londoño es también un innovador y un empresario, creador de la firma MATT (Movilidad para la Accesibilidad, Tiempo y Trabajo), que en el sector de Provenza fabrica dispositivos que, adicionados fácilmente a una silla de ruedas convencional, hacen que la persona supere barreras físicas como la inclinación de las calles o la irregularidad de los andenes.
“Eso queremos combinarlo con una oferta turística, de disfrute de la ciudad para personas en situación de discapacidad. Hace un año hicimos unos pilotos, aprovechando el dispositivo MATT; con otros usuarios recorrimos los alumbrados y paramos en sitios que facilitan tomarnos unas cervezas o comernos unas empanadas. Son actividades que ayudan a sensibilizar, porque creo que la principal barrera a la que nos enfrentamos es la actitud de los demás; de allí se desprenden las otras”.
17 % de la población mundial vive con alguna discapacidad (ONU).
Mejoras en estaciones del metro
En septiembre, se comenzó a implementar el nuevo proyecto de accesibilidad del metro, el cual demandará una inversión superior a los $61 mil millones, para 10 estaciones de la línea A. En El Poblado, se intervendrán las estaciones Industriales y Aguacatala. Las futuras adecuaciones incluyen obras de urbanismo de aproximación, traslado de algunos puntos de venta, redistribución de torniquetes, instalación de ascensores y marcación del itinerario peatonal (franjas podotáctiles). Las obras, próximas a iniciar, terminarían en el último trimestre de 2025.