El valor de lo suficiente

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A menudo veo en mí, así como en amigos, colegas y familia, un deseo constante de alcanzar más. Y aunque es precisamente ese deseo el que suele impulsar el progreso, también puede convertirse en una fuente de insatisfacción y frustración si no aprendemos a valorar lo que ya tenemos.

Me tomó tiempo comprenderlo, pero el pasto no es más verde en el patio del vecino; simplemente, es diferente. Y por eso, entender que nuestra situación actual es suficiente, nos permite avanzar con gratitud y tranquilidad en lugar de vivir angustiados entre comparaciones que generalmente paralizan más que movilizan.

Por favor no me malinterpreten. Con esta reflexión no quiero invitar a aceptar “lo que nos tocó”, sino a comprender y valorar el punto de partida desde el cual seguimos avanzando.

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La clave está en cambiar nuestra perspectiva y la base desde la que avanzamos: dejar atrás la mentalidad de escasez, las preguntas como “¿por qué no tengo?” o “¿por qué a mí no me tocó?”, y reemplazarlas por la gratitud y la aceptación como cimientos para seguir construyendo nuestro camino. Se trata de ajustar los “lentes” con los que vemos la vida, reconociendo que estamos exactamente donde debemos estar para seguir avanzando.

Cada vez que pasamos por nuestro primer apartamento —medio cuarto y un baño que no sumaban más de 35 m2 donde vivimos juntos por primera vez—, mi esposa suele recordarme: “Qué lindo es el progreso, qué lindo es el proceso”.

Lo mismo ocurre con visible, mi más reciente empresa. Hay semanas en las que me pregunto por qué no estamos facturando el doble, creciendo más rápido… pero luego recuerdo que hace poco más de un año esto era solo un proyecto que ejecutaba en mi tiempo libre y hoy le da trabajo a más de 15 personas.

Aceptar que vivimos con lo “suficiente” nos invita a ver la vida con gratitud y a entender que cada momento tiene su lugar y propósito. La vida es perfecta tal como es; nuestra tarea es aceptarla y sembrar las semillas correctas en nuestro presente para cosechar el futuro que queremos, o mejor, que merecemos.

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