Por Daniel Palacio Tamayo
La idea de conectar los valles de Aburrá y de San Nicolás no es nueva. En 1939 ya había un tranvía con motor a gasolina que escalaba la montaña para conectar Medellín con los municipios del oriente cercano; sin embargo el sistema apagó motores 10 años después para dar paso al automóvil. Por años, el sueño fue volver a acercar las dos regiones por medio de un sistema masivo de transporte. Ahora, debido a la conurbación y el crecimiento poblacional, este parecer ser ya no un sueño, sino una necesidad.
Ramiro Márquez, exgerente del Metro y asesor de la Mesa de Movilidad del Oriente antioqueño, asegura que esa necesidad obliga a aunar esfuerzos lo más pronto posible “por las características económicas, sociales y ambientales que se presentan en la actualidad”. Para Márquez, el Túnel de oriente nacerá congestionado, por lo que se propone que el túnel auxiliar que se está construyendo se destine a un transporte masivo, preferiblemente férreo.
Algunas voces han propuesto que se haga la conexión, pero por medio de sistemas similares al metroplús, a lo que Márquez afirma: “Me quedan las dudas de que ese sea la mejor alternativa, debido a las exigencias ambientales de hoy en día y a la disponibilidad de espacio”. El tren ligero o tranvía es de su preferencia.
El desarrollo de la región del Oriente se convierte en una oportunidad para el progreso de los dos valles, por lo que en su participación tienen que vincularse autoridades del orden local, regional y nacional, acompañadas de la empresa privada, que incluye a los actuales concesionarios. Con todos ellos, se tendrían que “evaluar externalidades positivas y negativas”, afirma Márquez, quien agrega que queda por buscar cómo integrarlo al sistema masivo de transporte de Medellín. De esta decisión, sostiene, dependen la productividad y la competitividad de la economía antioqueña.
El Plan de Desarrollo de Medellín, actualmente discutido en el Concejo de la ciudad, incluyó este proyecto para que su viabilidad sea estudiada por el Metro de Medellín.
Fabio Ríos, director de la asociación de Municipios de Altiplano del Oriente antioqueño, admite que “lo que hoy nos preocupa, más que haya comunicación entre los dos valles, es el problema de movilidad en el oriente antioqueño” y en consecuencia, están concentrados en buscar soluciones de movilidad por medio de dobles calzadas, ciclorrutas y sistemas masivos de transporte, pero entre los municipios de esa región.
Ríos asegura que el tiempo que se ahorre por el Túnel de Oriente, se podría perder al llegar a la glorieta del Aeropuerto o a Llanogrande, donde los tacos son de todos los días debido a la falta de conectividad adecuada. En esa dirección, los municipios del oriente han buscado una alternativa para organizarse, ya sea como provincia o área metropolitana, para gestionar la solución de problemas comunes como el de la movilidad.
El arquitecto y habitante del oriente antioqueño Rodrigo Marín asegura que a la par del túnel, acompañado por un tranvía, es fundamental la construcción de una doble calzada por el circuito Las Palmas – La Fe – Don Diego – Llanogrande – variante Aeropuerto.
Por último, Márquez aseguró que aunque la construcción del tren entre Caldas y Barbosa no compite con el propuesto para el Oriente no hay dinero suficiente “yo creería que ni para uno”. En tal sentido propone priorizar las necesidades del departamento.