En La Ceja del Tambo, una iniciativa ciudadana, la separación de residuos en la fuente, logró extender la vida útil del relleno sanitario algunos años más; pero, pese a ello, en el último período esta juiciosa tarea de los suscriptores terminaba desperdigada sobre la montaña de basura. Como parte de las medidas aplicadas para optimizar el espacio en el centro de disposición de residuos, desde marzo de este año, cada mes, 650 toneladas de material orgánico llegan a la planta de procesamiento de compostaje.
“Nos encontramos un relleno a punto de colapsar. El informe daba cuenta que sólo resistiría seis o siete meses más. Nos dimos a la tarea de bajarle presión; allí únicamente va material inservible. Construimos una red de drenaje de lixiviados y aguas lluvias. Adelantamos obras de estabilización y terraceo con recubrimiento de grama”, indicó Andrés Álvarez Grajales, gerente de Empresas Públicas de La Ceja.
De la misma manera, se instalaron dispositivos y filtros para evacuar el gas metano concentrado dentro de la mole de desechos. Con piezómetros e inclinómetros se monitorean desprendimientos o movimientos de masa.
“Así evitamos posibles incendios internos. Con instrumentos tenemos rastreo constante de la estabilidad y comportamiento de la montaña”, complementó Gloria Restrepo López, asesora de Gestión Ambiental de La Ceja.
A un costado del relleno sanitario, ubicado en la vía que conduce a Abejorral, la empresa habitó la planta de aprovechamiento de residuos orgánicos, un proceso industrial y ambiental que recibe aportes por $4.500 millones del gobierno francés.
“Mezclamos material orgánico con vegetal resultante de podas y descarte de floristerías. Agregamos microorganismos e inyectamos calor mediante un sistema de ventilación forzada que limpia la mezcla. Así se logra un abono orgánico que se distribuye gratuitamente entre los agricultores”, resaltó Santiago Herrera Roldán, apoyo de Supervisión en Empresas Públicas de La Ceja.
Por una red de tuberías, el lixiviado llega a la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales -PTAR-, localizada en la ruta a Rionegro. En el sitio se adelantan acciones para minimizar olores ofensivos y reducir la sedimentación.
“Las tres lagunas no se limpiaban desde 2018. Logramos extraer 9.000 metros cúbicos de sedimentos que se llevaron a la planta de material orgánico para ser compactado. Mejoramos la capacidad hidráulica del sistema”, explicó Daniela Carmona Cardona, directora de Laboratorio y Plantas de La Ceja.