Desde El Santuario, nos recordaron esa delicia propia que es su buñuelo, maravilla de redondez incierta que no pierde su rico sabor ni blandura en varios días, a diferencia de los buñuelos tradicionales. Nos dicen que el secreto está en una variedad de maíz autóctono, el capio, que se cultiva en minifundios del Oriente antioqueño. Sus mazorcas cortas y de granos grandes le dan mayor vida útil a las viandas preparadas con su harina. En Marinilla, por ejemplo, venden arepas teja preparadas con maíz capio, las mismas que llevaban los arrieros en sus largas correrías.